El sábado 26 de diciembre del presente año, aproximadamente a las 7:20 PM , mientras estaban reunidos en un compartir navideño con familiares y amigos, fueron secuestrados por funcionarios del FAES, los educadores Mario Bellorín y Robert Franco, presidente y secretario general del Colegio de Profesores de Venezuela, seccional Carúpano, Estado Sucre, respectivamente. Al profesor Bellorín lo liberan minutos después en una vía pública y al profesor Robert se lo llevan sin que se supiera de su paradero hasta ayer martes 29 de dciembre, cuando su nombre es mencionado por la Ministra de Relaciones Interiores y Policiales, Carmen Meléndez, pretendiendo relacionarlo con una supuesta Operación Boicot a la instalación de la írrita Asamblea Nacional producto del fraude electoral del pasado 6 de diciembre.

Esto no es más que el montaje vulgar de una olla para justificar la represión selectiva, al saber que el fraude electoral de la dictadura no surtió efecto, evidenciándose que Maduro ya no cuenta con el favor popular. Sabe el régimen que en enero la lucha social va a arreciar porque esta crisis no la aguantamos los trabajadores y el pueblo.

Bien sabe este gobierno de la disposición del sector magisterial a continuar su lucha por rescatar el salario robado, la contratación colectiva y demás derechos laborales conculcados. Y sabe el régimen que el profesor Robert Franco ha sido uno de los líderes que ha encabezado las protestas de los educadores desde hace dos años en Carúpano.

Con este nuevo montaje, a los que ya nos tiene acostumbrados, la dictadura quiere justificar la represión a un sector que está luchando por sus derechos sin descanso, a la vez que envía un mensaje para que otros sectores no hagan lo propio. Inculcar el terror en el sector laboral es uno de sus nefastos objetivos con esta razzia represiva.

El secuestro del profesor Robert Franco, se une a la amenaza de Maduro de detener a Guaidó y otros diputados de la legítima Asamblea Nacional. Pero también es un mensaje a sectores vacilantes, a quienes los domina la desesperanza. Quieren quebrar la resistencia y la moral de un pueblo indomable que no renuncia al cambio político.

Pese a este nefasto despropósito del régimen, el magisterio mantiene vivo el espíritu de lucha y rebeldía que como sector nos ha caracterizado.

Ahora las luchas del magisterio no serán solo por un salario digno y suficiente para vivir, por el respeto de la profesión docente, por el rescate de la educación como derecho humano. Ahora la lucha es también política, es decir, por el cambio de gobierno que junto al pueblo como protagonista principal debemos darnos más temprano que tarde por el bienestar de la patria amada. Y para lograr esto es necesario que el magisterio se rebele ante la dictadura y contribuya para lograr la salida del poder de los usurpadores y sus aliados.

En este sentido exigimos:

  1. La libertad inmediata y sin condiciones del profesor Robert Franco, a quién se le secuestró sin mediar ningún procedimiento legal, violándose sus derechos humanos, el debido proceso y toda formalidad jurídica, por lo que tal proceder se cae por su propio peso.
  2. Exigimos el respeto a la libertad sindical, el cese a la persecución a los dirigentes gremiales y sindicales, sean del sector que sea.
  3. Libertad para todos los presos políticos del país, en especial los presos políticos que son dirigentes sindicales que han defendido los derechos de los trabajadores. Destacan Rodney Alvarez y Eudis Girón

Además de lo anteriormente expuesto, es necesario que dentro del movimiento sindical magisterial prive, en estos momentos de ofensiva represiva, la mayor y amplia unidad de todos los sectores que hacemos vida política, sindical y socialmente el magisterio venezolano. No hay espacio para el sectarismo, ni sindical ni político. La división, el protagonismo individual y mesiánico, sólo le hacen un gran favor al régimen.

Es oportuno plantear la gran necesidad de trabajar unidos juntos por la construcción de una instancia de luchas sociales de caracter unitario, amplia, combativa y democrática, que incorpore a todos los trabajadores independientemente de la rama en que se desempeñen. Es necesario que unamos todas las luchas laborales en una sola lucha.

Y finalmente, convocamos a convertir el 15 de enero, Día del Maestro, en un día de lucha popular por la democracia y por los derechos sociales arrebatados por el régimen.

¡Sin miedo, seguimos en lucha!

¡Libertad para Robert Franco!

¡Libertad para Rodney Álvarez!

!Libertad para Eudis Girón¡

¡Liberen a los presos políticos!

Movímiento de Educadores «Simón Rodríguez»

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