Me temo que Ecarri no sabe lo que hace cuando asume con tanto desparpajo ese rol de factor divisorio de la Oposición, gracias al cual el Gobierno podrá retener la alcaldía del Municipio Libertador.Y nada de comparar manzanas con ocumo. Ecarri es el muchacho protegido de los dioses -en su caso, los que inventaron ese instrumento político al cual, sin permiso de Uslar Pietri,  han puesto el nombre de Uslar Pietri. En cambio, Ismael es uno de esos angelitos negros de Andrés Eloy Blanco, a quien la venenosa vida convirtió en ese diablo opositor que ustedes ven ahí. Dos productos distintos de la misma tierra, uno mejor que el otro en esta específica circunstancia.Fue la circunstancia política quien aconsejó que Ismael fuera el candidato de la Oposición para Libertador. Celosos de su inversión, los promotores de Ecarri decidieron lanzarlo por la libre. Saben muy bien que al dividir el voto opositor le dan el triunfo al Gobierno. El municipio Libertador no es cualquier municipio, de modo que el régimen les estará agradecido.    Antonio Ecarri es un producto político levantado a pulso como un proyecto no solamente político. En otras circunstancias uno les dejaría hacer. Pero, jugándonos lo que en este momento nos jugamos, que es la libertad y la soberanía, callar sería una complicidad imperdonable. Al propio Ecarri lo disculpamos en consideración a la impaciencia adolescente. Pero los aludidos ya están mayorcitos para tan dañinas travesuras.

Columna «Corto y Profundo» de Rafael Poleo, publicado en el diario El Nuevo País del 02/10/2013

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