Preparar la vanguardia,
la unidad y la lucha para el triunfo
Las
condiciones que vive la sociedad venezolana apuntan claramente a una crisis
generalizada y en particular a un proceso de descomposición del régimen
chavista. Se inicia el declive de una forma de dominación que se centró en la
farsa socialista, en el disfraz revolucionario, en el revisionismo, que bien
pudiera conducir a una situación revolucionaria.
Además,
una circunstancia de salud nos juega una nueva pasada. Ese hecho tan azaroso se
convierte en determinación de tal magnitud que apunta con incidir en el curso
de la historia venezolana. La salud de Chávez se convierte en un factor de
significación política y lo que acontece ―que
pareciera apuntar a un desenlace fatal― puede dibujar un escenario muy
adverso para el chavismo. La incógnita de si es factible el chavismo ―el
régimen chavista más bien― sin Chávez ronda en la conciencia venezolana de un signo u
otro. En cualquier caso, la previsible salida del Presidente por razones
médicas coloca al régimen en una circunstancia complicada. El chavismo sin
Chávez en medio de un cuadro de crisis presenta un escenario favorable para la
oposición democrática en todos los terrenos que bien puede ser apuntalado
siempre y cuando la instancia unitaria (MUD) asuma compromisos en el terreno
programático, en su vinculación con el movimiento popular y sus luchas, y una
estrategia electoral unitaria y de amplitud que atraiga el descontento social y
levante esperanzas por una Venezuela mejor.
Estos
aspectos resumen muy en términos generales el momento político visto tendencialmente.
Ello nos obliga a diseñar una política y un plan concreto que permitan atender
una situación que puede estar signada por contenidos estratégicos.
Asumir
cambios tácticos de manera más o menos rápida, en medio de contingencias, no
resulta tarea sencilla. Sin embargo, ubicar las tendencias de la manera más
rigurosa posible puede permitirnos crear la conciencia necesaria para
prepararnos para tales eventos. Prever las tendencias objetivas no basta para
establecer el escenario donde se definirán los grandes combates. Es
imprescindible establecer, además, las tendencias que apuntan al resquebrajamiento
del bloque de la dominación y las formas de conciencia que de allí se
desprenden. Ello supone el análisis de la estructura económica venezolana, las
relaciones internacionales y, dentro de ello, el papel de Venezuela en la división
internacional del trabajo y los nexos de dependencia con el imperialismo.
Preámbulo de todo este análisis es la crisis del capitalismo mundial.
Queremos
alertar, articulado al señalamiento anterior, sobre la urgencia de vencer algunas
limitaciones a la hora de trabajar por la asunción de estas líneas que
pretenden orientar al partido hasta convertirlo en una fuerza motriz capaz de
aprovechar al máximo el momento político, en vanguardia real del proceso
revolucionario venezolano.
En
el partido se ha perdido en cierta medida el estudio de nuestros documentos.
Más aún, se ha perdido la cultura del debate de los materiales del partido en
buena parte de las instancias de dirección. Ni se diga en la militancia. Apenas
definida la línea se considera que el asunto es algo automático. No se
profundiza en la discusión y se atienden cuestiones poco exigentes de
formulaciones teóricas. En definitiva, sigue siendo subestimado, o se desedeña,
el debate político a fondo con sus sustentaciones teóricas. Hacemos insistencia
en este detalle ya que en esta oportunidad es mucho lo que estará en juego y se
requiere de la mayor convicción posible para alcanzar la disposición al esfuerzo
revolucionario que demanda el momento.
Sin
teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria. Y se trata de un momento
en que la teoría revolucionaria debe ser capaz de avizorar el futuro más o
menos inmediato con la profundidad del caso. Recrear la realidad concreta es un
ejercicio teórico y debe ser un asunto de todos, desde cuadros del Comité
Central hasta militantes de reciente incorporación. Ello supone afianzar la
herencia de nuestro carácter y doctrina. Supone un ejercicio teórico.
Estas
líneas adquieren relevancia frente e a la naturaleza y carácter del chavismo.
Queda claro que el carácter revisionista del régimen chavista ―aunque
todavía hay compañeros a quienes les cuesta asumir esta categoría― es un asunto
fundamental a ser analizado. La profundización del análisis de esta
determinación es concomitante con el proyecto que debemos perfilar como
alternativa. Ello se desprende de la perspectiva en la cual las posibilidades
de la construcción del socialismo estarán a la orden del día entre sectores que
al abandonar las filas del chavismo persisten en su búsqueda, pese a la manifiesta
frustración que se evidencia en resultados y políticas gubernamentales. Debemos
manejar este asunto de manera tal que nos permita ubicar lo esencial del
capitalismo, que se reproduce de manera concreta aunque sujeta a leyes
generales. En esta dirección nos ayuda el momento político ya que es propicio
para el desenmascaramiento del chavismo y su carácter. En la medida en que se
profundice la crisis este reto será aún más sencillo de alcanzar. Desde ya
debemos hacer esfuerzos en esta dirección como uno de los ejes centrales del
presente plan de cara a la necesidad de crear una fuerza material para avanzar
en una dirección claramente revolucionaria.
I        Acerca
de las determinaciones internacionales
Los
asuntos internacionales siguen su curso con base en las tendencias propias de
la fase imperialista. Siguen favoreciendo a la economía venezolana algunas
cuestiones que le son propias a esta última fase del capitalismo, tales como la
pugna por el control de Siria, así como la economía china en tanto mantiene un
ritmo de crecimiento que la afianza como la “locomotora” del capitalismo
contemporáneo, al igual que un importante nivel de demanda que incide en la demanda
mundial. Estas circunstancias la han convertido en la gran potencia acreedora
de buena parte de la deuda pública mundial. Es por ello que el principal
remolque de la economía planetaria aprovecha su poderío para hacerse de
espacios en cualquier economía que le brinde perspectivas, como en efecto lo hace
Venezuela. El imperialismo conserva entre sus rasgos de manera muy clara el
proceso de articulación de capitales. Más cuando los privilegios que le brinda
China al capital financiero internacional han permitido inversiones que la han
convertido en la primera economía del mundo en materia manufacturera y en el
principal acreedor de deudas públicas, entre las que destaca la estadounidense.
Cuestión lograda mediante las ventajas que suponen los más altos índices de
explotación del trabajo, un Estado de signos claramente fascistas que atiende
el problema social con métodos represivos, autoritarios y antidemocráticos.
Circunstancias que aprovecha China, y en segundo lugar Rusia, para explorar y penetrar
en mercados que forman parte del área de influencia estadounidense.
La
moderna propuesta revisionista sobre la pérdida de vigencia de las tesis
leninistas en torno al imperialismo ―y su sustitución por la de
“Imperio”―
queda
claramente evidenciada como pensamiento vulgar dadas las circunstancias
venezolanas, o en Siria donde se enfrentan las principales potencias
imperialistas defendiendo intereses particulares unas u otras, mientras diariamente
mueren cientos de ciudadanos.
Las
contradicciones y disputas concretas por mercados y territorios de las
potencias imperialistas pueden ser aprovechadas por las fuerzas revolucionarias
y de liberación a escala planetaria. Todo dependerá de la manera como ellas
sean manejadas. A la manera chavista ―esto es, propugnando un
imperialismo para “enfrentar” a otro― termina el país en cuestión
siendo presa del “nuevo” imperialismo, así se presente como socialista, como es el caso de China, y
del receptor de la “ayuda” como es el caso de Venezuela. Además, el supuesto
enfrentamiento contra el “Imperio”, en nuestro caso, no es más que parte de la
farsa para mantener el disfraz socialista del régimen. China y otros penetran
dadas las tendencias objetivas del capitalismo, como indicamos líneas atrás,
que permiten articulaciones en medio de rivalidades algunas de ellas canceladas
temporalmente. Más aún al ser China el principal acreedor de la deuda gringa.
Estas
consideraciones adquieren relevancia en Venezuela dadas las circunstancias que
muestran de manera cada vez más clara que es un área en disputa, tesis que sostenemos por los desarrollos de
algunas articulaciones con el aparato productivo y el mercado venezolanos. Así
como dimos un debate sobre el nuevo régimen, sobre el revisionismo chavista en
su oportunidad, debemos saldar este asunto que no es cualquier cosa, ya que nos
permite ubicar elementos fundamentales del desarrollo de las condiciones
objetivas de la circunstancia concreta venezolana, así como definir políticas
que en algún momento se harán presentes debido a las perspectivas de la
rivalidad interimperialista por lo que Venezuela representa, que atrae la participación
de una que otra potencia imperialista en el escenario político venezolano, lo
que demandará de manejos específicos por parte del espectro político de lo cual
no escapará el partido.
II       La
economía venezolana
Lo
que si queda totalmente claro es que la penetración China ha alcanzado niveles
de significación y que los productos chinos, en otras áreas como la bélica, y el
producto ruso han llegado con peso cada vez más notorio. Los compromisos
contraídos por Venezuela con China en materia financiera y con Rusia, en menor
medida, atan nuestra economía a sus designios. Parece que la dependencia toma
un giro, no en esencia sino en relación con el nuevo imperialismo. Más aún,
existen claros elementos que nos atan a uno de los bloques que más desarrollo
ha tenido en los últimos años: el BRICS (Brasil,
Rusia, India, China, Suráfrica). Lo que se fortalece con la incorporación plena
de Venezuela al Mercosur.
Como
señalara en su oportunidad Ernesto “Che” Guevara en su discurso “Soberanía
política, independencia económica”, pronunciado en La Habana el 20 de marzo de
1960: “… la soberanía nacional significa, primero, el derecho que tiene un país
a que nadie se inmiscuya en su vida, el derecho que tiene un pueblo a dar el
gobierno y el modo de vida que mejor le convenga, eso depende de su voluntad y
solamente ese pueblo es el que puede determinar si un gobierno cambia o no.
Pero todos estos conceptos de soberanía política, de soberanía nacional, son
ficticios si al lado de ellos no está la independencia económica”. Contundente
argumento que nos coloca frente a la farsa chavista. No se trata de desconocimiento de los chavistas sobre el
hecho de que las relaciones basadas en la forma valor conducen a que uno de los dos relacionados en comercio pierde
y el otro gana, sino de una política que conduce inexorablemente a afianzar el
papel de Venezuela en la división internacional del trabajo. La economía
venezolana ha afianzado su condición de proveedor de petróleo a economías
diversas, sólo que
ahora en medio de tendencias que apuntan a diversificar esa condición. Esto es,
al petróleo se le sumará la exportación de coltan y otros elementos
estratégicos para el desarrollo industrial foráneo. Según el Consorcio
Internacional de Periodistas de Investigación: “El coltan en la selva amazónica
de Venezuela se halla con frecuencia en rocas cercanas a la superficie. Un
terreno de coltan puede ofrecer también otros minerales como estaño o titanio ―también
buscados por los fabricantes de alta tecnología―, de modo que una nueva mina
atrae a docenas de aspirantes a buscadores de minerales” (http://www.elpuercoespin.com.ar/2012/03/04/coltan-el-componente-secreto-de-los-celulares-que-controlan-chavez-los-paramilitares-y-los-narcos).
Sin
embargo, todo indica que, refiriéndose a 2013:
… el próximo año la renta petrolera será
insuficiente para cancelar los compromisos de deuda externa y las
importaciones. Tomando en cuenta nuestro estimado del precio petrolero para el
año que viene de 104 dólares el barril y nuestras cifras de exportaciones de
2,22 millones de barriles diarios en primer lugar, observamos que la renta
petrolera no es suficiente para cubrir las necesidades de divisas de la
economía (…)
En este resultado incide el aumento de los
pagos en amortización e intereses de deuda externa que el próximo año obligarán
al desembolso de 18 mil 425 millones de dólares, es decir, un salto de 48%
respecto al monto de 2012.
Al añadir a esta cifra lo que habría que
cancelar por importaciones, servicios y transferencias el monto de dólares que
se requiere se dispara hasta 87 mil 402 millones de dólares y el estimado es
que por exportaciones petroleras, después de descontar las divisas que tendrá
que utilizar Pdvsa para pagar sus compras en el exterior, solo ingresarán 75
mil 559 millones de dólares.
(…)  ante
la decisión del Gobierno de no continuar endeudándose en dólares, “el ajuste se
realizará vía importaciones privadas” y “esto apunta a que el boom importador
de este año es imposible de mantener en 2013, por lo que la devaluación y las
restricciones en el acceso a las divisas a través de Cadivi estarán a la orden
del día.
Un aspecto importante a tomar en cuenta es que
el impacto del alza en los compromisos de deuda y las importaciones sería menor
“si el Gobierno no comprometiera un promedio de 9 mil 110 millones de los
ingresos anuales en la celebración de convenios con otros países, en especial
Petrocaribe. El costo de dichos acuerdos se refleja en una caída promedio de
13% en los ingresos por exportaciones petroleras.
http://m.eluniversal.com/economia/121221/pagos-por-concepto-de-deuda-externa-aumentan-48-en-2013.
El
déficit fiscal ―que
cerró en 20% en 2012― tiende a incrementarse. Manteniéndose el precio del crudo
en el orden de los 100 dólares, la entrada por este concepto no será suficiente
para cubrir el volumen de importaciones ni su contribución a cerrar el déficit
fiscal. Por su parte, las reservas internacionales cayeron a tal punto que
crearon alarma en el sector financiero, principalmente de China. La nueva
medida anunciada por el Ejecutivo Nacional, para atenuar sus efectos, consiste
en una reforma a la Ley de Contribución Especial por Precios Extraordinarios y
Exorbitantes en el Mercado Internacional de Hidrocarburos. Reforma que modifica
las bandas de distribución de las divisas provenientes de la industria
petrolera, en la cual se aumentará el límite inferior de 70 a 80 dólares por
barril, con lo que se aumenta el aporte de divisas al Banco Central de Venezuela
(BCV).
Entretanto,
las maniobras del gobierno pueden atemperar el comportamiento errático de
algunas variables. De una parte colocar la producción de oro bajo la dirección
de Pdvsa resulta un acelerador para el trasiego de divisas al BCV. Asimismo,
traspasar buena parte de los recursos de Fonden al Banco Central permite que,
en términos casi que inmediatos, un volumen importante de divisas atempere el
conflicto. Sin embargo, siendo tan abultadas las exigencias en cuanto al
volumen de recursos que demandan por ejemplo la construcción de viviendas, las
misiones, entre otras, más temprano que tarde el gobierno se verá forzado, dada
su naturaleza, a reducir el gasto público. De igual manera el gobierno
maniobrará para mantener algunos gastos que garanticen buena parte de la
clientela electoral de los sectores más depauperados.
Por
su parte, la devaluación del dólar en 45,6%, junto a las medidas antes
indicadas, busca garantizar un doble efecto: incrementar las reservas
internacionales operativas y cerrar la brecha fiscal que se calcula para este
año en 15%. Luego, seguirán desarrollándose medidas y políticas ya conocidas
como el incremento de la deuda pública externa e interna, así como el incremento
de la presión tributaria y el aumento de impuestos directos y regresivos.
Una
economía desarrollada en términos capitalistas devalúa su signo monetario para
incrementar su capacidad competitiva. Tal es el caso de las permanentes
manipulaciones de EEUU frente al euro que encarecen el producto europeo en relación con el estadounidense. Pero
este no es nuestro caso: al no ser competitivos, más bien estar rezagados frente
a economías vecinas, no estaremos en condiciones de hacernos de espacios en
esos mercados toda vez que apenas podemos competir con precio, en algunos
casos, pero nunca en calidad.
Por
su parte, la “ayuda” china no representa mayor alivio a la economía venezolana.
El fondo común de cooperación surgió en 2007 y financia proyectos
habitacionales, industriales, energéticos, agrícolas, entre otros. El aporte
anterior para el fondo binacional había sido acordado en febrero de este año,
cuando China puso otros cuatro mil millones de dólares que iban a ser
utilizados en parte para construir viviendas sociales.
En los últimos años, Pekín ha otorgado a
Caracas unos 30 mil millones de dólares en créditos. Venezuela, por su parte,
le vende unos 640 mil barriles diarios de petróleo a China, de los cuales 264
mil se destinan a pagar la deuda con el país asiático.
El Fondo Chino-Venezolano está invirtiendo
recursos en unos 165 proyectos en áreas estratégicas, como agricultura y
tierras, ambiente, ciencia y tecnología e industrias intermedias, energía
eléctrica, energía y petróleo, industrias básicas y minería, vivienda y
hábitat, transporte y comunicaciones.
http://www.telesurtv.net/articulos/2012/08/28/fondo-chino-venezolano-recibe-nuevo-aporte-de-6-mil-millones-de-dolares-6749.html
Las
medidas tomadas por el gobierno son claramente restrictivas y buscan
principalmente que Venezuela esté en mejores condiciones para cumplir con los
acreedores. Se trata de orientaciones inscritas dentro de las exigencias
tradicionales de todo acreedor, particular o de multilaterales, llamadas
fondomonetarista, y que en este caso llamaremos chinomonetaristas.
Las
consecuencias tienden a ser explosivas, de resolverse parcialmente el clima de
conflictividad en Oriente Medio y en Irán. Ubiquemos que la tendencia alcista
es el resultado de los asuntos de la geopolítica del conflicto
interimperialista. La resolución, aunque no definitiva, puede ser aplazada dada
la posición de China y Rusia, en general del bloque BRICS, en “defensa” de
Siria e Irán, mientras Europa y Estados Unidos no logran superar la tendencia
recesiva.
La
sencillez del análisis de la economía venezolana se desprende del afianzamiento
de ser proveedora de materias primas mientras importamos buena parte de lo que
consumimos, tanto consumo final como productivo ―tanto la satisfacción de buena
parte de la demanda final como de la demanda agregada toda vez que los insumos
de lo poco que queda de industria, agroindustria y la agricultura es importado―. La
diversificación del aparato productivo es cada vez más frenada, excepto por algunos
desarrollos en el ensamblaje y algunos proyectos con Irán y China que no lucen
capaces como para convertir a Venezuela en una potencia industrial. Este solo
hecho indica a todas luces el freno que se ha producido al desarrollo de las
fuerzas productivas, a pesar de haber contado el país con recursos como para
financiar un proceso de una verdadera revolución industrial. Este freno, a su
vez, es general. Afecta la debilidad de la clase obrera, de los profesionales
cuya realización técnica y científico-técnica se ve tronchada. Los sectores
vinculados a la atención más elemental en educación y salud se realizan de
manera cada vez más limitada dados los bajos sueldos y una espiral
inflacionaria que tiende a ser cada vez mayor habida cuenta del carácter
crónico del déficit fiscal.
Podemos
afirmar que se puede presentar una circunstancia en la que no solo “los de abajo
no estén dispuestos a seguirse dejando gobernar como hasta ahora”, a la vieja
manera pues. El cuadro objetivo dibuja la posibilidad de que “los de arriba no
puedan seguir gobernando como hasta este momento”. Que los de abajo no quieran
seguir siendo gobernados a la manera ya caduca es una tendencia clara que se
desprende del descontento popular. El resquebrajamiento del bloque de la
dominación es un asunto que debe ser atendido en su desarrollo desde estos
tiempos en los cuales comienzan a surgir fracturas dadas las políticas
definidas y las limitaciones objetivas que le imponen al régimen actuar de
manera más conservadora. Tal es el caso de las importaciones para satisfacer la
demanda interna. Las limitaciones producto de la situación en que se encuentran
las reservas internacionales operativas fuerzan, por ejemplo, a reducir
importaciones que representan jugosos negocios para el sector importador. Ello se
suma a las limitaciones que se desprenden del incremento del precio del bien
importado que merman la demanda. Circunstancia que afecta a uno de los pilares
más importantes del régimen y factor constituyente del bloque dominante. Otras
contradicciones que afectan a la oligarquía financiera deberán ser atendidas en
su oportunidad. Por suerte, la representación de los militares en este bloque,
a la hora de dar cuenta de una situación en la cual comienza a hacer aguas el
régimen, de seguro se mostrará más que vacilando, lo que motivará deserciones
de no poca significación. Igual sucederá en el caso de factores e
individualidades políticas que se verán impedidos a buscar nuevos rumbos. Estas
pe electivas son claro anuncio de la tendencia a la factura de un bloque cuya
solidez nunca a sido de mayor tenor.
III     Objetivo
principal y tarea central
Dadas
las circunstancias objetivas y subjetivas, de la tendencia a la explosividad
social, a la crisis revolucionaria que conducirá a un realineamiento de
fuerzas, de la posibilidad ―una vez más― de que se configure un momento de quiebre para la
reproducción del orden burgués, el conflicto social se definirá con base en la
orientación que tenga la alternativa capaz de suplantar lo establecido.
Recordemos que no basta con que se presente una situación revolucionaria. Indispensable
es que sea conducida a una salida radical.
De
allí que el objetivo principal
debe ser el de colocar al partido en
condiciones de asumir la conducción
del proceso económico, político y
social que puede estar cruzado por los principales factores que anuncian una
salida estratégica.
El
proceso político sigue estando signado por lo electoral, evidenciando, a su
vez, la tendencia crítica en el comportamiento de algunas variables
macroeconómicas y en las medidas tomadas por el gobierno, cuestiones que
conducen a la pérdida de capacidad de maniobras al decadente régimen chavista.
Ahora, bien, mientras la oposición democrática no apuntale políticas de mayor
tenor político en cuanto a lo programático y a su articulación con las luchas y
el sentir de los trabajadores y de los pobres en general, el chavismo podría
ganar el tiempo necesario como para esperar un golpe de suerte, en el sentido
de que los precios del crudo se pudiesen ver empujados al alza ante un eventual
clima de tensión mundial, producto de alguna manifestación abrupta de las
contradicciones interimperialistas, o de las que se presentan entre los países
débiles con alguna que otra potencia mundial. De cubrirse esta demanda, la que
le exige la circunstancia política a la oposición democrática, así como el
ascenso de la lucha social, por el contrario, se acelerarán las condiciones
para la configuración del momento revolucionario. Todo indica que las
condiciones objetivas, la crisis y la respuesta chavista pueden acelerar la
circunstancia de aguda inestabilidad política, aunque algunos sectores
políticos de importancia estén sumergidos en la cuestión electoral. Esa
tendencia ya la podemos apreciar, aparte de existir antecedentes que así lo
indican. En ello pesa el carácter de clase de las alternativas burguesas.
Recordemos que se trata de expresiones políticas que representan intereses de
las clases dominantes y buscan ser alternativas continuistas del punto de vista
de la preservación del orden burgués, semicolonial y dependiente del
imperialismo estadounidense, haciendo abstracción de la posibilidad de que,
empujados por orientaciones foráneas, estos factores asuman y estimulen hasta
posiciones extremistas, luchas justas de la gente en aras de salir del chavismo
en favor de un imperialismo en particular. Debemos ubicar que siendo Venezuela
una zona en disputa, es de esperarse una mayor participación política de las
potencias imperialistas en la atención del conflicto en ciernes.
De
suyo, es el partido el que debe multiplicar sus esfuerzos por convertir el
factor subjetivo que representa el descontento popular en fuerza material hacia
un cambio positivo, progresista y revolucionario, autónomo y en favor de la
genuina independencia nacional.
Conscientes
del momento político que estamos avisando, todo el partido y cada uno de sus
militantes debe convertirse en una fuerza concreta. En una fuerza material en
condiciones de ponerse al frente de los procesos políticos y de luchas tanto
por su presencia directa en el conflicto o en el hecho político como en su
capacidad de incidir en sectores que cada vez será más diversos, algunos de los
cuales provendrán del chavismo.
El
manejo de la política acordada debe ser un asunto de todos. Entendiendo lo del
desarrollo desigual, hay y habrá quienes profundizarán más en ella en su
sentido de la práctica política como tal, en sus aspectos organizativos otros,
o bien en la propaganda, la agitación, entre otros espacios de la actividad
revolucionaria.
Los
tiempos por venir demandan del partido ―partiendo de un
fortalecimiento orgánico e ideológico― una gran capacidad para
articular el descontento y la perspectiva revolucionaria. Estas cuestiones
representan un reto que debe ser atendido desde ya en forma perentoria. Se
trata de multiplicar nuestras filas, mientras ampliamos nuestra presencia en
las masas y sus luchas, así como aumentamos nuestra capacidad para incidir en
los demás factores autónomos, independientes e incluso vinculados a factores
políticos diversos. En ese sentido la labor ideológica, educativa y formativa
es fundamental.
La tarea
central en esta etapa es la
configuración de un movimiento de masas dotado de un programa alternativo
, capaz de crear condiciones
revolucionarias a favor de los trabajadores y del interés nacional. Para que
tenga perspectivas transformadoras y progresistas, el escenario revolucionario
debe contar con una fuerza material concreta en condiciones de imponer un ritmo
de desarrollo hacia la salida revolucionaria, e implantar sus intereses y
hegemonía, entendida ésta en un sentido clasista que nada tiene que ver con
posiciones prepotentes y actitudes sectarias. De lo contrario la circunstancia
puede conducir a un nuevo cambio gatopardiano, que todo cambie para que siga
igual, puesto que en la circunstancia venezolana, como ya señalamos, las
potencias imperialistas que se disputan la hegemonía mundial cuentan y
participan, por lo que se hace muy cuesta arriba un “cambio” del tipo de Lampedusa.
Esta
tarea debe ser asumida en su desarrollo, esto es, debe nacer de la coordinación
de las luchas concretas unificando los sectores sociales en escala regional y
nacional. La unidad social en torno de las luchas concretas e inmediatas debería
culminar en una unidad superior en torno de un programa político alternativo
impuesto por la crisis revolucionaria a configurarse. La unidad de los sectores
sociales y el ascenso de su lucha ―principalmente los
trabajadores y el movimiento estudiantil, sin descuidar a los campesinos y
pobladores, gremios profesionales y pequeños empresarios― deben
dar paso a una nueva cualidad, el sentido estratégico debe brindarlo principalmente
el partido. Contamos con la ventaja que suponen las condiciones objetivas, la
propagación de las ideas de cambio socialista y la fuerza que representa el descontento
chavista inscrito en aquellas.
IV     Tareas fundamentales y formas de lucha
La propaganda
del partido en esta etapa que estamos avizorando debe tener la relevancia que
ella demanda. No solo se trata de la profusión de la propaganda y su diversificación.
Se trata de impulsar iniciativas diversas, autónomas, que permitan contribuir
con el objetivo principal y la tarea central definidos antes, así como su
adecuación o la adecuación de la política según la etapa en específico que se
esté viviendo o desarrollando. En cualquier caso la propaganda partidista debe
reflejar con mucha claridad nuestros objetivos, tareas y metas.
La educación
política de las masas en medio de estas tendencias descritas resulta un
asunto de primer orden. Si bien en medio de una situación revolucionaria son
las consignas las que determinan la orientación de las masas, la controversia
política se elevará aún más y ello demanda de un proceso educativo que va más
allá de la mera consigna. Por lo que el partido y la unidad con sectores
socialistas diversos serán los llamados a brindar una perspectiva distinta al
continuismo de cualquier signo.
Por
su parte, la agitación política en
medio de estas circunstancias adquiere una relevancia sin parangón en período
histórico alguno de nuestra historia. Debe contar con dos lineamientos.
Agitación en torno de la crisis y sus efectos en los pobres, en los
trabajadores, estudiantes, principalmente, cuya resolución solo podrá darse en
un cambio radical de la sociedad, ya fracasado el populismo chavista. En
consecuencia, la agitación en función de marcar un rumbo distinto al
establecido por el régimen chavista, el de una nueva democracia y el programa
mínimo del partido. La tendencia a la explosividad social es un asunto que
deberemos atender. El radicalismo de un signo u otro pudiese estar a la orden
del día. Para enfrentar esta circunstancia el partido debe agitar y educar en
una dirección con sentido estratégico permanentemente, sin caer en el
extremismo que pudiesen propagar alguno otro sector político.
Las formas
de lucha deben ser asumidas con base en el desarrollo de la lucha de clases
y de la lucha política. El proceso que se avecina puede ser prolífico en cuanto
a la diversificación de las formas de lucha. En ello el partido debe
privilegiar la movilización popular pero siempre tomando en cuenta la
maduración de la conciencia de cambio, la unidad y las alianzas que será cada
vez más disímiles y en torno de cuestiones también diversas. El partido, por
ejemplo, debe saber orientar sobre dónde poner el acento en la relación entre
cuestiones electorales y luchas de masas, generales o específicas. Además, en
la medida en que ascienda el conflicto social y político y avance el
resquebrajamiento del orden, nos encontraremos frente a retos que la dirección
del partido deberá atender de manera concreta. Ya contamos con una buena
experiencia al respecto y ello nos ayudará para adecuarnos a cada situación. El
llamado es a crear conciencia en el colectivo partidista sobre los escenarios
por venir en los cuales deberemos asumir formas de lucha diversas.
La promoción
del liderazgo colectivo e
individual, tanto del partido en su conjunto como de nuestros camaradas en los
distintos escenarios de lucha social donde se desempeñen, es vital para crear
la confianza y los mecanismos mediante los cuales podamos difundir nuestros
lineamientos políticos y nuestras líneas de acción. Esto es, la promoción del
liderazgo del partido en medio de la búsqueda de la salida a la crisis debe ser
proyectado de manera clara, lo que no supone la asunción de posiciones hegemonistas,
excluyentes ni sectarias. Esta cuestión no puede quedar al libre albedrío de la
voluntad de cada militante sino que debe ser permanentemente atendida por los
diversos órganos de dirección del partido. Asimismo, son tiempos en los cuales
adquiere una relevancia de primer orden la proyección de los dirigentes del
partido, y ello debe formar parte de las políticas lo más sistemáticamente
posible. La promoción de los dirigentes del partido a distinta escala, junto a
la promoción de los dirigentes de las masas, debe ser asumida desde ya de cara
a las cuestiones inmediatas electorales y a las luchas de masas. La perspectiva
colocará el asunto del liderazgo en el tapete. Las condiciones históricas son
favorables. Aquello de que la personalidad es delineada por las circunstancias
históricas debe ser apuntado de la manera más precisa posible sin que ello
suponga artificio alguno.
V       La
unidad y las alianzas
Las
perspectivas indican cambios sustanciales en la política de unidad y alianzas.
A ello debemos prepararnos de la manera más desprejuiciada posible. Aquello de
que el ser social determina las formas de conciencia y por ende el
comportamiento político de las clases de los sectores de clase y de las
personalidades, debe ser asumido por el partido de manera concreta. En eso
tenemos un desarrollo significativo. Las nuevas circunstancias nos pueden
colocar frente a momentos en los cuales muchos de nuestros amigos dejarán de
serlo y muchos de nuestros enemigos también, a lo que se suma el oportunismo
político que adquirirá nuevos matices.
De
una parte el descontento chavista representa una cantera de gente dispuesta a
acompañar caminos por la redención social de verdad. A eso se sumarán quienes
al ver hundirse el barco tenderán, buena parte por oportunismo, puentes de
acercamiento con los sectores que pueden ser identificados como alternativos, algunas
veces engrosando fuerzas opositoras conservadoras y otras uniéndose a fuerzas
opositoras progresistas y revolucionarias. Además, el comportamiento político
de los sectores alternativos del capital pudiese variar frente a eventualidades
que anuncien cambios radicales. A todo ello debemos estar atentos de la manera
más desprejuiciada posible. Recordamos de nuevo que las alianzas y sus
recomposiciones obedecen a circunstancias concretas. Es un asunto histórico que
debe ser atendido de manera precisa.
VI     Instrumentos
para el cambio
Las
tareas a cumplir y los instrumentos a
construir en este período deben corresponderse con el objetivo planteado y la
tarea central. Si bien no se trata de descuidar las cuestiones electorales, más
aún si se presenta una eventual contienda por la Presidencia de la República, debemos
dedicar esfuerzos permanentes en las actividades que contribuyan con garantizar
estos asuntos. Son ellos los que permitirán la configuración de un movimiento
de masas articulado y dotado de un programa de cambio progresista. Las
condiciones permiten que la alternativa debe ser de esta naturaleza toda vez
que ello es lo que conduce a ganar amplios sectores de masas. Los sectores propensos
a asumir la confrontación con el régimen son muy amplios. Los trabajadores del
Estado, de la administración pública, que abarca los sectores salud, educación,
infraestructura y en general servicios, por tanto, educadores, médicos,
estudiantes y profesores, así como los obreros de las fábricas estatales y
privadas, se verán afectados ante una eventual caída de los ingresos petroleros.
Por
ello, el instrumento más amplio debe ser una instancia de coordinación nacional de las luchas.
Pero, a su vez, debemos impulsar junto a los sectores con mayor capacidad de
convocatoria y credibilidad la creación de coordinadoras, intergremiales,
nucleamientos en torno a plataformas de luchas parciales o globales, dentro de
la idea de ir configurando un programa social y de luchas alternativo. Dentro
de esta idea debe estar la creación de la Federación Nacional de Estudiantes –
FEV (se anexa proyecto para su impulso), en perspectiva a convertirse en la
representación legítima de los estudiantes venezolanos, sector que bien puede
realizar la condición de ser el de mayor credibilidad en la sociedad
venezolana. Esta debe ser tarea de primer orden para la UJR.
La
unidad del movimiento de trabajadores y sindical debe estar inscrita dentro de
los objetivos y metas del momento. El sentido estratégico que puede adquirir la
circunstancia venezolana debe articular esta tarea con el impulso de un amplio
movimiento asambleístico y de un proceso de renovación de las directivas
sindicales y de fortalecimiento del grado de sindicación de los trabajadores
venezolanos.
La
MUD, en estas perspectivas y escenario, pudiese jugar un papel de gran significación.
Se pudiese convertir en una unidad inscrita dentro de un proyecto de salvación
nacional. Lo electoral, a su vez, cobra un carácter con nuevos contenidos de
cara a la circunstancia objetiva de la sociedad venezolana. La crisis, las
medidas antipopulares, en conjunto, borran la capacidad esperanzadora del
chavismo. De allí que un proceso electoral en este contexto, puede convertirse
en un catalizador de la crisis de cambio de la sociedad. Sin embargo, es de
suponerse que en un proceso de aproximación de la sociedad a un momento
estratégico puede hacer variar el comportamiento de muchos sectores que
integran la MUD, de allí que debamos estar preparados para buscar alternativas
con sentido estratégico y con base en los alcances del proceso de
descomposición del sistema y de las aspiraciones de los venezolanos. En esto también
cobra importancia el desarrollo de las organizaciones identificadas con transformaciones
de fondo en la sociedad venezolana. De tenor más significativo sería la
configuración de un escenario que agrupe con un sentido histórico a los
sectores sociales que pugnan por una mejor sociedad, esto es, un escenario que
se aproxime a la idea del bloque de clases oprimidas, tarea que el partido en
todo momento debe tener presente. Sin embargo, en las actuales condiciones debe
seguir siendo la MUD la referencia política por antonomasia de la oposición
venezolana.
Carlos
Hermoso y Pedro Moreno

Caracas,
19 de febrero de 2013

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