04-02-2011 12:57 PM / Hoy se cumplen 19 años de la rebelión cívico militar del 4 de Febrero de 1992. El secretario general nacional de Bandera Roja (BR), Gabriel Puerta Aponte, partido que fungió como uno de los brazos de la resistencia civil del movimiento que impulsó la insurrección en contra del presidente Carlos Andrés Pérez; relató para Notizulia la historiografía, según su óptica, de aquel evento que transformaría radicalmente la vida política venezolana.

“Bueno eso fue un movimiento traicionado. La idea era establecer una democracia de verdad, de amplitud, acabar con las cúpulas y los cogollos, bueno ahora tenemos una dedocracia que se quiere eternizar en el poder (…), entonces yo diría que un balance del 4F lo que arroja, de parte del heredero, usufructuario y el que se aprovecha de ese movimiento como  como persona y líder que es Hugo Chávez Frías, es una gran traición porque en definitiva es un movimiento que no le cumplió al país”, dijo.
Aquí enfatiza que muchas de las figuras que participaron en la maniobra política civil y militar hoy se encuentran alejados de la actual revolución que surge a raíz de la intentona.
Ante la pregunta ¿usted cree que el 4F reivindica el nacimiento de la nueva democracia en Venezuela?, el líder de BR responde con otra interrogante: ”¿De verdad aquí tenemos una democracia de participación?, ¿es cierto eso?”.
Explica que el poder popular nace bajo la concepción de autonomía similar a cualquier otro poder, en tanto, si está subordinado no puede considerarse como tal. “Puede ser una parte del poder o una instancia, pero no es poder”.
Ahora bien, ejemplificó lo anterior con los Consejos Comunales que son dependientes del Estado, traduciendo que la organización social en su conjunto, dentro del proyecto chavista, ha sido diseñada para estar sujeta al poder central.
“Ese no es poder popular, es una forma de manipular y de eliminar las intermediaciones que existen en la sociedad, llámese partidos políticos, gremios, sindicatos, juntas parroquiales, consejos municipales, alcaldías y gobernaciones. Él (Chávez) establece una relación directa, pero la relación directa no la hace más libre y más democrática, lo que la hace es más correspondiente al caudillo, al dominio del jefe, al dominio del Presidente de la República y al control a través de los recursos”, señaló.
Gabriel Puerta Aponte considera que, fundamentalmente, la administración del mandatario venezolano se contrapone con la búsqueda de una mayor y mejor democracia tal cual fue el ánimo de ese movimiento del 4F.
A su juicio lo anterior no se logró, teniendo en la actualidad un régimen despótico, autocrático y que edifica el sistema jurídico restrictivo necesario para acentuar el presidencialismo.
Aliados insurgentes
El hoy partido Bandera Roja, a criterio de su secretario general, se constituyó en uno de los brazos civiles del MBR-200, durante la asonada militar que dejara más de 100 víctimas letales (según titulares de prensa de la época) entre civiles, funcionarios policiales y efectivos militares.

El dirigente cuenta que para el primer trimestre de 1991 comienzan las conversaciones entre BR y la organización subversiva Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), fundada en 1982 por el actual Presidente de la República, bajo el follaje del Samán de Güere, entre Turmero y Maracay.

De acuerdo con Puerta Aponte, desde una semiclandestinidad, el partido que lidera configuraba el clima político del país, necesario para el movimiento militar. “Teníamos una tradición de clandestinidad que nos permitía movernos mejor. En este sentido, orientábamos los pasos que íbamos a dar. Propiciamos los movimientos de masa y acentuamos la denuncia política contra la corrupción”.
Las reuniones se celebraban inicialmente entre él, en representación de BR, y el MBR-200. Refiere que las caras visibles de la conjura militar en proceso eran los capitanes Ronald Blanco La Cruz (ex gobernador del Táchira), Antonio Rojas Suárez (ex gobernador del estado Bolívar) y Diosdado Cabello (actual ministro de Infraestructura), a quien reconoce en sus inicios políticos como militante de Bandera Roja.
El día antes, el 3 de Febrero de 1992, la “operación ya estaba en marcha,  el golpe estaba servido”, con unas 600 personas entrenadas para ello, dando así inicio al alzamiento cívico militar que hoy arriba a 19 años.
Posterior al 4F, afirma que Bandera Roja decidió deslindarse de Hugo Chávez y no acompañarlo en las aspiraciones a la silla presidencial, “pudimos apreciar la personalidad del individuo, ambicioso, mentiroso, intrigante, arrogante, que anda en una búsqueda individualista, ese es el retrato psicológico que te daban del tipo”.
Redactora: Carolina Valbuena ([email protected]) / @carolitaval
Foto Romina Fernández

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