MUD y MIN trabajando en la misma esquina en Sucre
con personal contratado y recursos a manos llenas

Si el enemigo engaña y manipula, la mejor forma de enfrentarlo es con la verdad. No con un engaño más grande. Esto es un principio ético elemental que alberga una forma de conducta. Corresponde con las aspiraciones que se tienen para Venezuela. Por tanto, actuar frente al engaño chavista diciendo mentiras mayores es, a lo menos, una actuación ética reprochable en la que pudiera subyacer una verdad mucho peor: que lo que se busca es sustituir a quienes están en el poder, para ejercer el poder de la misma forma en que lo están ejerciendo. No de una nueva manera. Es un «quítate tú pa’ ponerme yo».

La MUD engaña. No todas las tarjetas en esta elección distintas a la MUD son chavistas. Sin embargo, esta parece ser la conducta asumida por la cúpula de la Mesa de la Unidad Democrática y los cuatro partidos que concentran el 80% de sus candidaturas en todo el país. Ya no ha bastado con el principal engaño del que ha echado mano el chavismo en estos 17 años: el supuesto socialismo. Pero es importante recordar que el momento de mayor efectividad política y electoral en la propuesta opositora fue aquel en el que dejó de acusar al gobierno (al menos en su discurso central) de socialista y de «comunista». Dejaremos a un lado 2007 ya que se trató de un referendo y no de una elección de candidatos.
El discurso opositor en la campaña electoral de 2010 y posteriormente en la histórica campaña presidencial de 2013, fue el de proponer, desde el progresismo e incluso con la inclusión de algunos de los argumentos del llamado «socialismo democrático», un cambio de gobierno. No se insistió en reforzar el engaño sobre el socialismo chavista, acusándolos de lo que ellos mismos utilizan como mascarada, sino que se incluyó a la disidencia (caso Henri Falcón, PPT y otros) en el discurso y la propuesta electoral. Al contrario de lo que se hace hoy, en aquellos dos procesos se dijo la verdad: no son socialistas y si Venezuela quería progreso y bienestar, era necesario cambiar. El discurso incluyente, el que desenmascara, fue en ambas elecciones el más efectivo y en general el más devastador para el chavismo. Amalgamó el descontento opositor, el descontento independiente y el descontento en las filas del oficialismo, a todos en una misma esperanza de cambio. El resultado fue la victoria, y dos récord históricos de votación antigubernamental.
Hoy, más que nunca en estos 17 años de engaño y estafa, Venezuela clama, ruega por un cambio que según el último estudio de Venebarometro es la aspiración del 86,8% de la población; persiguen un cambio en la conducción política del país, pero no por un cambio de personajes que ya lo tuvimos de Chávez a Maduro, sino un cambio radical en la forma de hacer política, y en la forma de ejercer el poder y de hacer gobierno en general, expresado en el deseo de un 40,9% que considera que este cambio lo deben hacer personas independientes respecto a los dos polos. Actuar igual que el enemigo, deja desnuda una oscura intención que no representa el deseo de la mayoría.
El MIN, el MAS y los demás nuevos engaños electorales de los cuales echó mano la cúpula mafiosa del Psuv y el ejecutivo chavista, efectivamente buscan desviar el voto opositor de cualquier manera, en el marco de un descontento que incluso en los que estados llaneros antiguamente chavistas alcanza el 94,2% de la población según el mismo estudio. Pero no lo hace de la misma manera en todos los casos. Esto ha sido ampliamente trabajado por periodistas de diversos medios, entre los que destaca un trabajo de Franz Von Berguen en El Nacional  https://t.co/OV4fKflkGF.
En un sistema empujado cada vez más al bipartidismo y a una polarización en correspondencia, en la que subyace la intención de hacer del electorado una masa atrasada y maleable, dividida entre dos supuestos «el bien y el mal», la respuesta de los demócratas ha debido ser la de unificar los distintos liderazgos, partidistas y/o sociales, que expresan la diversidad de la oposición venezolana no solo en la fórmula electoral, sino incluir al mayor número de partidos, de candidaturas, de propuestas, generar un mayor nivel de conciencia y participación, por ejemplo, con primarias generalizadas en el país, y sobre todo ampliar y diversificar las luchas y las formas de enfrentar al pensamiento único que ejerce convenientemente el oficialismo chavista.
Contrario a esto, hoy es la MUD la que quiere profundizar esa polarización mediante una tarjeta única. Es éste el punto de partida que permitió al chavismo echar mano de este nuevo engaño a través de tarjetas como la del MIN o la del MAS. Al establecer un mecanismo excluyente en el que la imposición de candidaturas bajo seria sospecha de ser quinta columnas o de candidaturas paracaidistas fue la norma, se empujó a buena parte de la dirigencia opositora en distintos estados a buscar formas de participación electoral. En esta búsqueda es donde se cuelan las trampas chavistas del MIN y el MAS, además de las intervenciones del CNE y el TSJ en los casos de Bandera Roja, Copei, el MEP, Marea Socialista, Vente, y finalmente el MIN a quienes despojaron de sus tarjetas o se las negaron. Fue justamente la política de la MUD la que creó el escenario propicio.
Mientras el chavismo se presenta con varias tarjetas, «diversificado» y buscando «canalizar» el descontento de sus bases en tarjetas «alternativas» como la de Redes o unas diez más, la MUD se presenta con una «tarjeta única» de cuatro partidos. Justamente lo contrario a lo que el momento demanda y tal cual como ha sido condenado: como mecanismo polarizador del chavismo todos estos años. El espejismo de lo bueno y lo malo para engañar incautos. Pero veamos la fórmula.

Primer engaño de la MUD


No todas las tarjetas en esta elección distintas a la MUD son chavistas. Es entendible que se quiera concentrar votos en una misma fórmula, pero para hacerlo no se debe mentir, sino hacer una mejor propuesta, cosa que no está haciendo la cúpula de la MUD.
La generalización (que por lo regular es dañina), es el mecanismo vulgar del que echa mano la MUD en esta oportunidad. Pretenden señalar -en virtud de una supuesta necesidad electoral insoslayable- a Sairam Rivas, líder y dirigente estudiantil probada en 2014, que a sus 20 años estuvo presa 5 meses y continúa bajo persecución judicial actualmente, como chavista; a Gabriel Puerta, de amplia trayectoria de lucha probada y honesta, que jamás se lucró de la política y que es nuestro Secretario General Nacional y cofundador de la MUD, como chavista; a Berenice Gómez, reconocida periodista antigubernamental, víctima del cierre de Radio Caracas Televisión y enemiga probada de la dictadura chavista, como chavista; a Eduardo Gómez Sigala e Hisvet Fernández, larenses ampliamente reconocidos en su estado, luchadores y habitantes de su propio circuito, e incluso víctimas del propio gobierno, como chavistas. La lista es más larga, pero destaca una deshonesta intención de la MUD: acusar de chavistas a los que más luchan, y con la misma generalización cobijar bajo su manto a algunos de quienes han negociado a manos llenas todos estos años con el Gobierno.
Segundo engaño de la MUD

Esta no es una elección nacional, sino de listas regionales y de circuitos uninominales y plurinominales. Por tanto, votar en un estado o en un circuito por una lista distinta o un candidato local distinto en una tarjeta distinta, no cambiará el resultado nacional de número de diputados que enfrenten al régimen. Por el contrario, garantiza que la verdadera oposición, #UnaOposicionDeVerdad como hemos dicho, llegue a la Asamblea Nacional para luchar por un cambio urgente y no para un negociado salvacrisis. Tal es el caso de nuestros candidatos, propios y apoyados, entre los que destacan justamente Gabriel Puerta (Miranda), Sairam Rivas (Miranda), Berenice Gómez (Caracas), Eduardo Gómez Sigala (Lara), Hisvet Fernández (Lara), Emiliano Paredes (Mérida), Belsaí Yanez (Anzoategui), entre otros.
Bandera Roja ha demostrado en sus 45 años de existencia, sobre todo en los 17 años de chavismo e incluso desde la campaña presidencial de 1998, que ha sido consecuente en enfrentar al chavismo como la más grande estafa que ha sufrido Venezuela y los venezolanos. Nunca nos ha temblado la voz para decir la verdad. Nuestros dirigentes activos, son probadamente honestos y ninguno se ha enriquecido estando en puestos de poder. Miguel Vazquez, en los tiempos en los en que militaba en nuestras filas, fue burgomaestre por Bandera Roja en Cariaco, estado Sucre, y salió más pobre de la Alcaldía que cuando fue electo; hoy se disputa el Circuito 1 (Cariaco y Casanai) de Sucre en la tarjeta de Electores Libres. Virgilio Giunta en San Juan de los Morros tenía mejor condición económica cuando entró a la Alcaldía; no repitió en la Alcaldía de Roscio traicionado por el MAS en alianza con el chavismo al igual que hicieron en Cariaco. Hoy estoicamente es dirigente de nuestro partido en Guárico sin una mancha, sin riquezas más allá de su dignidad. Ni uno solo de nuestros dirigentes tiene una mancha en su haber, sino una larga hoja de sacrificios en su entrega por un país de bienestar, democracia, progreso y desarrollo para todos. Ésta sigue siendo la apuesta que hoy, principalmente a través de la tarjeta de Electores Libres, le presentamos al país.
Nuestros candidatos propios y principales apoyos a nivel nacional son: María Álvarez en lista de Electores Libres del estado Bolívar, Miguel Vázquez en el Circuito 1 del estado Sucre con Electores Libres, Belsaí Yánez en el Circuito 1 de Anzoátegui en la tarjeta del partido regional Dale, Soraya Roye y Roque Díaz en el Circuito 2 de Miranda con Electores Libres, Gabriel Puerta y Sairam Rivas en el Circuito 4 de Miranda con Electores Libres, Berenice Gómez «La Bicha» en el Circuito 3 de Caracas con Electores Libres, Hisvet Fernández y Eduardo Gómez Sigala en el Circuito 3 con Electores Libres, Luis Castillo en el Circuito 1 del estado Lara con Electores LibresEmiliano Paredes y Alba Volcanes en el Circuito 2 de Mérida con Electores Libres, Edioverth Araque y Scarleth Mujica en el Circuito 1 de Vargas por Electores Libres, Mauro Carrero encabezando la lista de Unidad Democrática en el Zulia, Thaischi Molina en el Circuito 7 del Zulia en Unidad Democrática y Rafael Urbina en el Circuito 8 del Zulia en la misma tarjeta. Todos dispuestos a cambiar al país y a empujar lo antes posible el cambio urgente hacia la Reconstrucción Nacional.

Partido @Bandera_Roja

29 de octubre de 2015

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