Bandera Roja conmemora 45 años de su fundación en momentos en que el país atraviesa por tiempos muy difíciles. La crisis general que nos azota no encuentra solución en las políticas gubernamentales. Su oferta es más dependencia e hipoteca del país, desindustrialización y destrucción de nuestras capacidades productivas. Día a día los problemas se agravan y las condiciones de vida y de trabajo desmejoran. Venezuela es un desastre con todas las características de una catástrofe. La situación es cada vez más insoportable y reviven las posibilidades de un estallido social de impredecibles consecuencias. De un autogolpe, de la elevación y extensión de la represión, de una restricción extrema de las libertades públicas y los derechos democráticos. Recorre nuestra patria el fantasma de una hambruna motivada por la escasez, los altos precios, los salarios insuficientes y el desempleo, agravada aún más por la inseguridad y delincuencia desbordadas. 

Ante tan dramático cuadro nos está negada la alternativa de responsabilizarnos de una crisis que es fruto de las políticas erróneas de quienes gobiernan. No es justo que se descargue sobre la mayoría nacional, especialmente sobre los trabajadores, el peso de la crisis. Frenar esta política solo es posible organizando la protesta y manteniendo con firmeza la defensa de las libertades democráticas. Las erráticas políticas gubernamentales  —medio escondidas en el marco de un paquete neoliberal y antinacional— conducen al abismo y no hay otra salvación posible que no sea un cambio de gobierno.
Urge una nueva conducción del país que inicie la reconstrucción nacional y que sea capaz de lograr la superación de la crisis y el bienestar y progreso de la gente. Que garantice paz y seguridad, que reunifique a la familia venezolana. Que instaure una nueva democracia. Que rescate la ética y la moral en la función pública. Que industrialice a Venezuela, diversifique su economía y rompa las cadenas de la dependencia.
El momento obliga a tomar la determinación de impulsar el cambio político y de construir la fuerza suficiente para lograrlo con la urgencia que se nos plantea. Para ello debemos unir a la diversidad social, política y económica, jóvenes y viejos. Se trata de articular en una Junta para la Reconstrucción Nacional todas estas fuerzas para enfrentar las medidas hambreadoras y represivas y producir el ansiado cambio político. Compromiso histórico para una gran tarea. El tiempo apremia. 
Pongámonos a la altura del reclamo del momento y vamos a sacar al país adelante. Venezuela cuenta con reservas morales, económicas y políticas para abrir paso a la prosperidad.
2015: Un Cambio para la Reconstrucción Nacional

Bandera Roja: 45 años resistiendo junto al pueblo
Caracas, 20 de enero de 2015

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