Bajo Juárez
Ante la impunidad.
Cineastas mexicanos acaban de estrenar un documental donde familiares de mujeres desaparecidas y asesinadas en Ciudad Juárez durante quince años, aportan un testimonio desgarrador del calvario que han sufrido ante la impunidad de esos crímenes.
“Bajo Juárez es una película que permite a los ciudadanos entender mejor qué está pasando y actuar en consecuencia”, sostuvo ayer la productora de la cinta, Vanessa Bauche, protagonista de Amores Perros (2000).
Los directores del film, Alejandra Sánchez y José Antonio Cordero, explicaron que el documental “conmueve” y “a través del dolor busca concienciar”.
El “motor” para rodar lo que comenzó como un cortometraje escolar en 2001 y que tardaron seis años en completar, fue “la gran indignación que provoca el enterarte que están siendo asesinadas mujeres y niñas de manera sistemática”, dijo Sánchez.
“Se habla de más de quinientas mujeres asesinadas desde 1993 en Ciudad Juárez y Chihuahua, 432 cuando nosotros terminamos el documental en 2006. Este año son 31, la semana pasada hubo otro caso, el de Perla Alejandra, una chica de 19 años asesinada en Chihuahua, y se habla de más de mil desaparecidas”, agregó.
Uno de los testimonios de la película es el de David Meza, quien vivía en Chiapas, sur de México, y cuando su prima Neyra desapareció en 2003 fue a Ciudad Juárez a pedir justicia y terminó siendo detenido y acusado del asesinato tras confesar bajo tortura, aunque tres años después quedó libre.
En el filme así ocurre con la mayoría de detenidos, que sólo lo son para desviar la atención de los verdaderos culpables, según los cineastas.
Cordero recordó que al final del mandato del anterior presidente de México, Vicente Fox, la fiscal especial María López Urbina aseguró que no había indicios de que el crimen organizado estuviera tras los asesinatos, lo que provocó “rabia e indignación”.
“Nuestra gran esperanza es (…) que el eco, el efecto dominó que se puede generar a partir de nuestra película, lleve la información al público, éste se conciencie y ate cabos entre el fenómeno de Ciudad Juárez y el de la ‘narcoviolencia’ que vivimos actualmente porque, no es que sean los mismos autores, pero la impunidad que permite que esto suceda es la misma y viene de nuestras autoridades”, dijo.
Tras la huella del asesino
La tesis en la que se apoya la película sostiene que “hay un grupo de hombres ricos y poderosos (…) que han cometido crímenes contra mujeres de manera sistemática, es decir, violaciones múltiples y asesinatos múltiples de mujeres”, y que siguen sin castigo.
“Yo de lo único que tengo miedo es de que esto siga sucediendo”, dijo Cordero, con quien coincidió la codirectora, enemiga del silencio y de la indiferencia de la sociedad ante los “feminicidios”.
Una de las protagonistas del filme es Norma Andrade, cuya hija Alejandra, de 16 años, fue secuestrada, violada y asesinada en 2001 en Ciudad Juárez.
La mujer, activista de la ONG Nuestras Hijas de Regreso a Casa, se quejó de que la gente, por temor, mire “para otro lado” y responsabilizó a la sociedad civil en parte de lo sucedido con estos crímenes que siguen ocurriendo.
“¡Hagan ruido para que las personas que están haciendo esto sepan que ya han sido descubiertas!” , instó, sin ocultar que tiene “miedo”.
Para Malú, otra de sus hijas, el Gobierno es responsable de que los crímenes en Ciudad Juárez sigan sucediendo y de que los crímenes contra las mujeres se estén dando en otros lugares de la República como en el Estado de México.
La joven agregó que también son responsables las autoridades de que los hombres piensen que pueden matar a cualquier mujer en Juárez porque allí “los homicidios a mujeres no son investigados”.

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