Carlos Marx ha cambiado el mundo. Su influencia es inmensa. Es clave para entender el mundo contemporáneo. Marx estudió filosofía y concluyó que los filósofos se habían dedicado a interpretar de diferentes modos el mundo, pero de lo que se trataba y trata es de cambiarlo. Hizo a la filosofía una práctica. El filosofo debe actuar, ser agente de transformación de la sociedad, no un simple espectador e intérprete de la realidad.

Para Marx los seres humanos no sobrevivimos, no existimos simplemente por un asunto del azar, por un milagro o por algo dado desde algo más allá. No. El ser humano existe y se desarrolla con base en que trabaja, y de ese trabajo recibe un beneficio, convertido en la sociedad capitalista en salario. Es de ahí que intenta cubrir las necesidades básicas para existir y desarrollarse. Por eso, el trabajo es un instrumento o factor fundamental para la existencia de los seres humanos. Para Marx lo que diferencia al ser humano del resto de seres vivos no es exclusivamente el pensamiento, sino el trabajo. El trabajo es una actividad específicamente humana, en la que el ser humano mediante instrumentos transforma la naturaleza en bienes de consumo; del trabajo salen dos relaciones, una social donde el ser humano se relaciona con otros seres humanos para conseguir un bien en común; y la otra una relación natural del ser humano con la naturaleza en la que vive y la que trasforma para vivir.

Del trabajo salen los productos o bienes de consumo que tienen un valor de uso, es decir, que son capaces de satisfacer una necesidad humana. La forma de trabajar dependen de cada sociedad. Las formas de producción que cada sociedad ha organizado para lograr la producción, basada en su desarrollo económico y social. Para Marx el trabajo es algo natural, normal en el ser humano, pero la forma de trabajar es un hecho histórico, es distinto.

Los modos de producción se caracterizan por la fuerzas productivas (trabajadores, los instrumentos de trabajo y las relaciones sociales de producción, que serían las relaciones de trabajo) que se producen o generan entre los propietarios y los no propietarios. Desde esta visión, podemos ver que los factores que determinan los modos de producción son fundamentalmente económicos, y de aquí derivan el resto de formas de relación.

El problema está en que el trabajo, como está conformado y estructurado por el capitalismo, no permite ni fomenta el desarrollo humano. El trabajo o el trabajador, ha pasado por diferentes etapas de esclavitud y formas de explotación, desde el inicio de la humanidad hasta nuestros tiempos. Pero desde la disolución de las monarquías en Europa y el nacimiento a la par de la burguesía colonial, la esclavitud y la explotación se masificaron y con la entrada de la revolución industrial, una nueva forma de esclavitud y explotación creció exponencialmente: la esclavitud del salario.

Marx descubrió que un ser humano no se puede sentir realizado con su trabajo cuando pierde horas interminables apretando tuercas mecánicamente, con condiciones de trabajo generalmente insoportables, con salarios de subsistencia que garantizan las ganancias crecientes del explotador o dueño de los medios de trabajo. Era necesario entonces crear una teoría que explicara semejante esclavitud y explotación, pero que además, permitiera su superación positiva.

Esto nos lleva al materialismo histórico. Carlos Marx revisó la historia desde un punto de vista materialista, nos ayudó a entender hoy, Hegel mediante, el carácter histórico cambiante de la realidad, que los vencedores siempre tratarán de imponer su victoria como algo definitivo, para intentar perpetuarse en el poder. Esto lo harán a través de la ideología dominante, con la que trataran de justificar las relaciones dominantes existentes, presentándolas como algo natural, inmutable y eterno. De esa manera pretenden esconder su carácter histórico o transitorio.

Siguiendo a Marx, entonces, la historia no ha terminado o ha llegado su fin, todo lo contrario. La historia es cambiante y dinámica, y la definen fundamentalmente sus medios de producción y explotación. Recomiendo leer para esto la Contribución a la crítica de la economía política. Como han visto, el trabajo para Marx es fundamental y trascendente para la humanidad. Por que es el instrumento científico para lograr el progreso, la equidad y la justicia para la humanidad. Por eso la necesaria explicación respecto a de dónde salen las riquezas que genera el trabajo. La Plusvalía, nombre que Marx muy acertadamente dio a ese excedente del que se apropia el capitalista, incluso hasta los más rancios enemigos del marxismo, la reconocen como correcta hoy día.

Para explicar la plusvalía es necesario estudiar El Capital, de Carlos Marx. No lo haré en su totalidad pero si desean leerlo les dejo el enlace.

  1. Como obtiene su ganancia el capitalista. El primer capitulo de El Capital del tomo primero, comienza con el análisis de la mercancía. Marx encuentra dos aspectos en la mercancía, uno el valor de uso, y otro el valor de cambio de las mercancías. El valor de uso, por ejemplo, un celular lo uso, lo disfrutó, y mientras lo uso y lo disfrutó, la mercancía se gasta, y mientras más se usa, pierde más valor. Pero si agarro el celular y lo vendo, entonces el celular tiene un valor de cambio. Y lo vendo por 1.000 Bs. Ahora ¿cuál es el valor de la mercancía? Pues ese celular vale tanto como el tiempo de trabajo socialmente necesario que invirtió la humanidad para producirlo o elaborarlo. Para producirlo el capitalista pone su capital (maquinaria) y el obrero su mano de obra o fuerza de trabajo. Ahora hay que determinar ¿cuál es valor de la fuerza de trabajo? Cuánto vale el trabajo de ese trabajador que construye ese celular. Marx indica que el valor de la fuerza de trabajo es equivalente a todo aquellos elementos que sean necesarios utilizar para mantener viva a la fuerza de trabajo: comida – vivienda – ropa – casa -, eso es lo que vale la fuerza del trabajo.

Teniendo eso en claro, supongamos que al capitalista le sale en 100 Bs. mantener al trabajador. Pero el trabajador en su tiempo de trabajo no produce o fabrica 100 Bs. No. Produce al menos 500 Bs. Esto quiere decir que el trabajador produce lo necesario para que el capitalista le pague y siga vivo. Pero también produce o fabrica una ganancia –plusvalía– la cual se la queda el capitalista. Al menos 400 Bs.

  1. ¿De dónde saca el capitalista el capital originario? ¿Por qué el que tiene la fuerza de trabajo no tiene el capital, y por qué el capitalista sí tiene el capital (maquinarias y recursos)? Marx explica en el capitulo XXIV de El Capital la acumulación primitiva del capital. La primera riqueza apropiada, que hizo a los primeros capitalistas, dueños de los medios para producir, y a los trabajadores, esclavos del salario. Sobre el capitalismo hay un cuento mágico y tradicional que trata de explicar de dónde salió el capital que tienen los capitalistas. El cuento comienza señalando que en algún momento de la historia había un grupo de personas vagas y sin oficio, perezosos y sin educación, y había otra gente que ahorraba y ahorraba y en algún momento de la historia los que ahorraban contrataron a los vagos e ignorantes. Por su parte, Marx explica que el capitalismo vino al mundo bajo una sanguinaria modalidad. El capital se acumuló saqueando a la periferia, empezando desde la esclavitud y explotación a los súbditos por parte de las monarquías, de esclavistas y luego de monarcas. Luego el capital se acumuló con el saqueo colonial, la conquista de África y después la conquista de América. Esa conquista fue de saqueo, rapiña, esclavitud y explotación. El capitalismo vino al mundo a chorros de lodo y sangre. Fue ese saqueo, que no lo hizo el obrero «flojo e ignorante», sino los conquistadores, señores feudales, reyes, monarcas, dueños ya de una parte de la riqueza del mundo bajo la lanza y el cañón.

Uno de los acumuladores de capital más importante que apuntaló el capitalismo naciente del Reino Unido, fueron los piratas que saqueaban a los Galeones españoles que salían de América con sus riquezas previamente saqueadas. Para profundizar más en este punto les invito que lean a Enrique Silberstein en su libro Piratas, filibusteros y bucaneros. Los españoles gozaban y malgastaban buena parte de sus riquezas mientras el Reino Unido las invirtió riqueza en la industrialización. Pero los españoles que malgastaban las riquezas, no eran precisamente los vagos e ignorantes obreros o súbditos. Eran precisamente los ricos, señores feudales y cortes de la monarquía.

  1. ¿Cuál es el secreto de la mercancía? El fetichismo de la mercancía. Vamos al punto central y sigamos con el celular. Es una mercancía, es un bien de uso humano. Cuando ves el celular no piensas más allá del celular. Solo ves lo que te enseñaron que debes ver. Eso te impide ver lo que hay detrás del mismo celular. Lo que hay detrás de se celular es la más cruda explotación del trabajador en una maquila o fabrica en cualquier parte del mundo. El fetiche oculta sus condiciones de producción. Con 12 o 14 horas de trabajo continuo, con maltrato y abuso sexual muchas veces, con sueldos miserables, sin derecho a huelgas y sin servicios médicos. Nada de eso está a la vista del producto o de la mercancía de manera superficial. La mercancía nos deslumbra de tal modo que nos impide ver su proceso de producción, lo que ella encarna. Marx explica que el ser humano trabaja con la naturaleza. Entonces, para hacer ese celular, el ser humano ha transformado o trabajado a la naturaleza, porque todos los componentes de ese celular vienen de la naturaleza, y es el obrero quien la transforma con su trabajo. Ahora, ese producto tiene valor de uso y valor de cambio, pero no revela por sí solo todo su proceso de creación, ni revela solo todo el proceso de explotación que encierra.

  2. Todo es mercancía. Marx revela que el mundo de las mercancías es un mundo encantado. Si el ser humano desarrollo su vida a través del intercambio de mercancías, y transcurre su vida viendo las mercancías, deseando mercancías y comprando mercancías, se transforman naturalmente en otra mercancía. En consecuencia, la vida humana termina siendo Cosa, todos terminamos por ser una cosa, un bien, un producto, una mercancía. ¿Y cuál es la mercancía de las mercancías? El dinero. A través del dinero las mercancías se compran y se venden, incluso el propio ser humano. Unos por un salario, otros por cosas menos nobles, incluso, vendiendo su propia vida, sus cuerpos. El ser humano pierde su condición humana subsumido en sí mismo en mercancía.

Esto es un breve esbozo del capital, que permite tener claro algunas cosas sobre la visión de Marx y el trabajo. Él adelantó que este sistema de esclavitud y explotación nos llevaría a un mundo con grandes desigualdades, pues del ultimo informe de Informe de Oxfam se rebela que el 1% de la población mundial tiene el 89% de las riquezas del mundo.

Ya que conocemos la realidad, el asunto es ¿cómo la cambiamos? Marx nos indica que es necesario desarrollar una conciencia de clase. Los trabajadores deben percatarse que los están explotando y deben organizarse y luchar. Para lograr una primera fase de equidad, justicia social y democracia popular, llamada socialismo, lo que se debe hacer como lo indica su nombres es socializar los medios de producción, origen del proceso de explotación. Es decir, que las maquinas o instrumentos con que fabricamos bienes o productos, dejen de estar en manos del capitalista y pasen a las manos del trabajador, no como propiedad privada, sino como propiedad social. De ese modo la plusvalía vuelve al trabajador y no al capitalista. Esta parte, ha tenido varias tergiversaciones o manipulaciones a lo largo de la historia, fundamentalmente producidas por los revisionistas, reformistas, liberales y populistas. Es vital tenerla en claro. Es falso que en el socialismo y en el comunismo «todo sea de todos». No se trata de eliminar la propiedad personal, la de cada individuo para existir. Lo que se socializa son los medios de producción, no las posesiones individuales o personales. Los medios de producción no son las bodegas, ni peluquerías, ni un vendedor de helados. Ni el socialismo ni el comunismo priva a nadie de apropiarse de productos sociales, de los bienes. Lo único que no permite es el apropiarse de la plusvalía robando el trabajo ajeno mediante leyes y la fuerza del Estado. Marx detalla sobre esto que si alguien ha ganado su dinero con su trabajo y esfuerzo, no hay nada que impida que tenga esos bienes. Explica que el rasgo distintivo del comunismo no es la abolición de la propiedad en general, que ya de por sí ha sido abolida en el capitalismo, que priva mediante la pobreza a los hombre y mujeres a poder adquirir los bienes que el trabajo produce, porque sus salarios y pobreza no se los permite, sino que se trata de la abolición de la propiedad burguesa. Otra gran tergiversación y manipulación es que Marx aseguró de que todos tenemos que ganar lo mismo. En ningún momento eso esta en ninguna de las propuestas ni de Marx ni de Engels, ni de Lenin, ni de Stalin ni de ningún exponente del comunismo. En el comunismo desaparecen las clases sociales y por ende el Estado como instrumento de opresión. Se reconocerá la justicia y el bienestar equitativo para toda la humanidad.

Del capitalismo y sus clases o antagonismos de clases, surgirá una asociación en donde el libre desenvolvimiento de cada uno será la condición para el libre desenvolvimiento de todos. «Sociedad de productores libres asociados«, dice Marx, en donde «de cada cual según sus capacidades, y a cada cual según sus necesidades».

Con esta breve explicación, espero haber aclarado algunos mitos, leyendas y cuentos que ya son tradicionales sobre lo que escribió Carlos Marx. Espero que les haya quedado claro que para Marx el trabajo es fundamental y crucial para el desarrollo del ser humano; no es la dádiva ni las migajas o con explotación ni esclavitud que se desarrolla la humanidad. Sin trabajo no hay desarrollo de las fuerzas productivas. Sin trabajo no hay plusvalía, sin trabajo no hay proletariado pero tampoco hay revolución.

«Hagamos que las clases dominantes tiemblen ante una revolución comunista. Los proletarios no tienen nada que perder, sino sus cadenas. Ellos tienen un mundo por ganar». Karl Marx.

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