Resulta ruidoso el anticomunismo contra el irracionalismo Chavista. Aunque paradójicamente lo ayuda. Se complementa con el chavismo. Tanto, que éste se ha visto beneficiado del anticomunismo. Los anticomunistas no se percatan de eso. Pero, como el alacrán, es su naturaleza.

A estas alturas, además, de ser visto por la gente como estridencia, luce pueril. Si no fuese algo carente de objetivos, desligado de alguna intención, pudiésemos hacerle objeto de ignorancia con el mayor desparpajo. Pero no, el anticomunismo resume un proyecto vinculado a la corriente antipopular y contra el sentido de la nacionalidad. Además, el anticomunismo es un irracionalismo esencialmente similar al que destila el régimen contra el cual luchamos. Es antidemocrático. Impide la amplia unidad que demanda el momento político. Arrima agua al molino de Maduro.

Únase al hecho de que impide apreciar la naturaleza del régimen chavista en su justa dimensión, lo que abona en la confusión que vive la gente. También impide atraer el descontento Chavista.

Pero, a momentos, aparece fortalecido. Tanto, que aparece propagado por gente de cierto nivel intelectual. Es el caso de una carta pública de universitarios que claman por la unidad y acusan al régimen de comunista. Viniendo de gente de bastante culta resulta una aberración. Muchos de ellos, de los firmantes, por cierto vienen de las filas de tendencias vinculadas al comunismo, el socialismo o la izquierda. Con eso para nada contribuyen con la unidad.

Una vez más sobre el revisionismo

Es poca la cultura y tradición en Venezuela acerca de la categoría en cuestión. Por eso debemos repetir el ejercicio de recrearla.

China parece convertirse en el hegemón mundial y se presenta ante el mundo como un país socialista, guiado por un partido comunista. Pero son hoy los más interesados en preservar el liberalismo moderno. Parece una contradicción. Pero no, es la naturaleza del revisionismo. Solamente de palabra es socialista. En la práctica, es el capitalismo más brutal del mundo moderno. La explotación de los trabajadores chinos llegó a alcanzar la de los obreros ingleses en la revolución industrial con jornadas de 14 y más de horas de trabajo y el uso de niños y mujeres de manera intensa en las extenuantes jornadas laborales. China ha logrado conformar un bloque imperialista secundado por Rusia, quien teniendo intereses propios, logra complementar la economía más diversificada del planeta, sumando una industria bélica y aeroespacial que se busca afianzar como la más avanzada y competitiva del mundo. Parte de sus propios intereses. Sumando India, este bloque resume buena parte del mercado Mundial. China actualmente realiza el proyecto de una ruta – una franja, que cerrará en el Caribe, en ese triángulo formado por el puerto de Mariel en Cuba, el futuro canal de Nicaragua y Venezuela, proveedor de materia prima estratégica para la economía china.

En el caso del chavismo en esencia es igual, con la diferencia de que se trata de un revisionismo pedestre, basado en un irracionalismo que colocó la figura del déspota por encima de la sociedad. El chavismo, siendo también revisionismo, no es el resultado de la descomposición y tergiversación del marxismo. Es el producto de un proyecto oportunista que permite sostener en el poder mafias que han usufructuado de las riquezas nacionales.

Dos grandes diferencias con el chino es que el chavismo es un revisionismo pedestre en grado extremo y el chino es un revisionismo de tradición, que nace de la tergiversación del marxismo. La otra gran diferencia es que el chavismo afianza la condición semicolonial de Venezuela, la condición de país atrasado productor de bienes primarios, de materia prima al servicio del desarrollo del capitalismo mundial y particularmente de la economía China en su camino por convertirse en el hegemón mundial. El revisionismo chavista afianza la debilidad del país. El chino busca afianzarse como gran potencia imperialista.

La nueva dependencia, la transición

Ciertamente, todo proceso de transición resulta complejo. Venezuela, tras un siglo de dependencia del imperialismo estadounidense, bajo mandato chavista, se van creando lazos con el imperialismo chino, mucho más leoninos que los logrados con los yanquis. Como es tradición, van prevaleciendo los intereses de los imperialistas y los socios que van surgiendo en las negociaciones. Así, sectores vinculados a la explotación petrolera, importadores de bienes finales procedentes, sobre todo del bloque imperialista en cuestión, banqueros, principalmente, se van nutriendo de estos nexos. Para nada cuenta el interés nacional. El chavismo, para mantenerse en el poder, va entregando nuestras riquezas y se va plegando a los nuevos amos.

La transición a esta nueva dependencia ha creado tal grado de crisis económica que mantiene en vilo a toda la sociedad. Resultado de que, devenida en dictadura, el despotismo Chavista ha debido ajustarse a las demandas de los nuevos amos.

Recordemos que en última instancia son las demandas del capital por frenar la caída de la cuota media de la ganancia (G’) las que determinan las políticas de los estados capitalistas. En condiciones del imperialismo, las tendencias que buscan apuntalar este freno, se van a manifestar de manera más clara. Y es que para frenar la caída se deben afianzar algunas tendencias con base en la implantación de orientaciones económicas precisas.

De una parte, China busca ampliar su mercado exterior, habida cuenta de la reducción que se ha producido de mercados exteriores ya tradicionales como el de EEUU. La crisis de 2008 dejó consecuencias en este sentido a escala planetaria. Además, el crecimiento de su mercado interno, condujo a que se manifestara tendencialmente la caída de G’. La ampliación del mercado interno lleva a la elevación del salario real de los trabajadores y la ampliación de los sectores medios. Ahora se agrega la política de Trump de imponer aranceles a los productos chinos, que apunta aún más en esa dirección.

Otro aspecto que permite frenar esta caída de G’, es la adquisición de materias primas baratas y Venezuela cuenta con tales. Sobre todo de minerales que resumen un carácter estratégico en la disputa mundial como el oro, coltan y torio.

Por todo esto, se afianza y acelera la transición de una dependencia a otra. En esta tendencia se inscribe la decisión gubernamental de excluir al dólar del mercado cambiario oficial. Esto significa la salida de Venezuela de la zona dólar. Es un nuevo aporte a favor del interés chino en la guerra de divisas que se ha abierto entre EEUU y china.

Es un paso más hacia la nueva dependencia. Lo que apuntala el proceso de reconversión del aparato industrial, para que pase a ser del propio del país del cual vamos dependiendo. El problema a sortear es que buena parte del aparato industrial venezolano es básicamente estadounidense. Luego, mantener lo poco que queda del aparato industrial, supone comprarle a Estados Unidos y en general al bloque que lidera y eso debe hacerlo con dólares. Las medidas contra el Gobierno de Maduro, además de afianzar la tendencia hacia el cambio de dependencia, empuja al cambio de la divisa de referencia y de cambio ciertamente.

Pero, mientras tanto, lo que queda del aparato industrial requiere de repuestos, insumos, materias primas, asesoría tecnológica y mercados, para lo cual requiere de dólares. Al serle otorgados euros y yuanes el beneficiario deberá ir al mercado a transar en condiciones de desventaja, ya que encarece el producto. En poca medida, pero contribuye con el incremento generalizado de precios que sufre la economía venezolana.

Los chinos, aun contando con tecnología, maquinaria y equipo, materia prima, entre otras cosas, para hacer este proceso de reconversión, no están interesados en un mayor desarrollo económico de Venezuela. Requieren de nuestro país su contribución para ampliar sus mercados para productos chinos. Ubiquemos que producen muchas cosas. Vaya mayor tragedia, a los chinos les interesa que Venezuela les compre, no que produzca. Que apenas se dedique a la producción de petróleo y minería. Que se afiance la condición primario exportadora.

Estas son determinaciones del momento político. Señaladas a grandes rasgos, permiten explicar el comportamiento de los imperialistas y de alguno que otro factor político. Sobre todo, permiten explicar por qué el Gobierno, con todo y lo débil, sigue actuando bravuconamente. Afianzan la dictadura y la represión, porque se apoyan en los nuevos amos. Pero se agudiza la crisis, y la rabia de los venezolanos se hará fuerza material capaz de arrasar lo viejo y construir lo nuevo.


Tomado de Efecto Cocuyo

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