Recientemente una amiga, exmilitante de Bandera Roja, dijo que BR negoció o negocia con el régimen dictatorial de Nicolás Maduro. En su comentario se evidencia aprehensión hacia Bandera Roja. Supongo que se debe a que está desinformada, como seguramente lo está mucha gente, ya sea por efectos de la política de manipulación y mentira de la dictadura, propio de los regímenes de rasgos fascistas, o por el cerco mediático que tiene nuestro partido en los grandes medios de comunicación. Decidí entonces escribir esta respuesta para dar cuenta histórica de la coherencia y consecuencia de Bandera Roja, incluso desde mucho antes de que Chávez llegara al poder y hasta nuestros días.

En primer lugar Bandera Roja nunca ha estado en negociaciones con el régimen chavista, ni cuando gobernó Chávez ni ahora con la dictadura de Maduro. Es bien conocido que fuimos el único partido revolucionario que no apoyó a Chávez en 1998, como sí lo hicieron muchos dirigentes hoy opositores, así como de lo que llaman aún “izquierda” (aquí pueden ver la declaración de BR antes de que Chávez ganara las elecciones de 1998).

La militancia y dirigencia de Bandera Roja participó decidida y valientemente en la insurrección democrática de 2002, traicionada, como bien se sabe, por Carmona y compañía. Aquí pueden leer el comentario del periodista Roberto Giusti sobre nuestra conducta durante esa insurrección recordando el 11 de abril de 2002.

Entre los asesinados por el Gobierno de Chávez ese abril de 2002 estuvo nuestro camarada Jhonny Palencia, quien era el Secretario General del Sindicato de Trabajadores de Colchones Paradise, dirigente estudiantil y comunitario en los Valles Del Tuy. Recibió un disparo de Fal (Jhohnnie Palencia, asesinado por el gobierno de Chávez en abril de 2002).

Desde que el chavismo arribó al poder, Bandera Roja nunca dejó de desenmascarar la estafa que significaba para Venezuela (leer: Qué es el régimen chavista para Bandera Roja). También hemos promovido la más amplia Unidad para salir del régimen, incluso como principales actores, aunque ocultados por los medios de comunicación, de la creación e impulso de la Coordinadora Democrática, las Asambleas de Ciudadanos y por supuesto, la MUD. En diciembre 2013 y enero de 2014 planteamos que era necesario organizar e impulsar la Rebelión del pueblo. En febrero de 2014 se dio la Primera #RebeliónDemocrática del siglo XXI, la cual promovimos y organizamos a pesar de las críticas de la MUD que extrañamente coincidían con las del PSUV. El saldo de aquella rebelión fue de 43 personas asesinadas y miles de detenidos, incluyendo militantes de BR, dentro de los cuales resalta Sairam Rivas, quien fuera Presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela de Trabajo Social de la UCV. Estuvo casi 6 meses presa en el SEBIN. Ella se encuentra hoy día bajo régimen de presentación ante tribunales, entre otras medidas cautelares tomadas por la dictadura.

Siendo consecuentes con el planteamiento de impulsar el protagonismo del pueblo, fuimos el primer partido que en diciembre de 2015 planteamos el impulso del Referéndum Revocatorio a Nicolás Maduro, saboteado por la dictadura durante todo el 2016 y entregado por el cogollo de la MUD (leer) y en 2017 estuvimos participando en la segunda #RebeliónDemocrática. Recomendar, como dijo la amiga, que Bandera Roja «no siga actuando de comparsa en las negociaciones con el Gobierno, dando la espalda a los miles de luchadores que se han rebelado desde 2013» es mentir, no tiene base y es totalmente subjetivo. Ahí está la historia y nuestra conducta.

Es bueno recordar que Bandera Roja está fuera de la MUD desde el año 2014 (leer) y previamente promovimos un debate a lo interno de esa coalición sobre la necesidad de cambiar la estrategia política de la MUD. Lamentablemente los acuerdos aprobados por unanimidad en que concluyó dicho debate, no fueron acogidos y más bien fueron engavetados por el cogollo MUD (ver El informe Hospedales).

Una de las características de Bandera Roja como partido revolucionario es el ejercicio de la crítica política. Criticamos duramente el diálogo de 2016 y de 2017; criticamos la falta de estrategia de la MUD para salir de la dictadura; criticamos enérgicamente el electoralismo de la MUD; insistimos en la necesidad de que la fuerza del pueblo organizado sea la protagonista en la lucha de rescate de la democracia. Todo esto está bien lejos de una conducta conciliadora y de negociación con la dictadura madurista. No reconocerlo es mezquindad y/o subjetivismo. Les dejo aquí nuestra declaración de fin de año 2017, para que conozcan de primera mano nuestra posición sobre lo que fue el 2017 y lo que debemos hacer en este 2018 que comienza. Saludos.

Mensaje al pueblo venezolano: En 2018 confiar en nuestra propia fuerza

 

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