Hay muchos elementos para analizar acerca de la “Toma de Caracas” convocada por la MUD como figura más visible de la oposición venezolana y a la cual nos sumamos más de 1 millón de personas.
Hay tres momentos importantes de esta gran movilización del 1 de septiembre que sirven para resaltar lo que realmente quedó demostrado, ante la mirada de cualquiera con una mínima ética y agudeza política. Las siguientes son observaciones estrictamente políticas y están escritas con el objetivo de aportar elementos para los escenarios por venir en la lucha de la sociedad venezolana para salir de este régimen dictatorial,  autoritario, opresor, demagógico, populista y, en resumen, representante del fascismo del siglo XXI. Un régimen que devino en la más grande estafa a las esperanzas de un pueblo que le hipotecó su apoyo creyendo en su fraseología de “izquierda” y su supuesta “revolución”, con la que ofreció superar la situación que le precedió y reivindicar los derechos de los sectores populares de siempre.
Hoy ese mismo pueblo sabe y vive la más abarcante y profunda crisis jamás vivida y ya tiene conciencia que resultó peor el remedio que la enfermedad. Pero aún se aspira superar la enfermedad de raíz, cambiar de verdad y reconstruir el país. Por eso se sigue apostando al cambio, pero no a cualquier cambio, se aspira al cambio del régimen político instaurado en 1998.
¿Por qué se convoca esta manifestación? 
La reconocida representación de la oposición denominada MUD es una coalición de diferentes fuerzas partidistas que tienen incluso diferentes matices ideológicos. Ha pasado por diferentes procesos en su dinámica constitutiva y ha resultado hoy en una coalición en la que 4 partidos la hegemonizan,  dejando al resto de las organizaciones partidistas y a las organizaciones sociales y de base casi que sin poder de decisión. Casi porque no se descarta la autonomía de acción de las organizaciones.
Pretender dirigir a la sociedad venezolana en estos momentos pasa por ubicarse en la tendencia correcta y representar las aspiraciones de las mayorías que están fuera de la influencia directa de estos 4 partidos. Pasa también por saber reconocer los intereses de la sociedad venezolana y llevarle el pulso a la situación, identificándose plenamente con los intereses de las mayorías y la justeza de sus aspiraciones y derechos. Pasa por representar a una diversidad humana que coincide en salir del régimen, que no solo quiere salir de un Gobierno particular. Esa mayoría sigue queriendo y necesitando superar un sistema que no le permite vivir con dignidad.
Representar o ser dirección de esa heterogeneidad obliga a un tipo de dirección con una UNIDAD que es SUPERIOR a la articulación de unas siglas partidistas. Supera incluso a la MUD y a lo que representa en esencia. Esa heterogeneidad es todo el pueblo venezolano en su diversidad.
La crisis que se está viviendo, la violación sistemática de los derechos, la inseguridad, la violencia, el hambre, la precaria salud, la represión, la corrupción, el cinismo, tienen a la sociedad venezolana en punto de ebullición. LA SOCIEDAD CLAMA POR UNA SALIDA URGENTE DE ESTA SITUACIÓN. La gente quiere actuar para salir del régimen y no solo de un mal Gobierno.
Convocar a una manifestación como del 1 de septiembre, para demostrar la voluntad por el cambio de manera pública y hacer valer el derecho al revocatorio este año 2016, era una necesidad urgente. No hacerlo hubiera arriesgado que la ciudadanía pasara por encima de la propia MUD. La diferencia es que la mayoría quiere cambios con protagonismo politico-social y quienes dirigen la MUD se quieren reservar para sí ese protagonismo.
La MUD convoca a la Toma de Caracas tratando de que esa demostración de voluntad de salir del régimen no trascienda el liderazgo de la MUD. Y esto se hace harto difícil ya que l@s convocad@s son una gran diversidad que va más allá de los partidos que la conforman. En definitiva, la gente, la sociedad y sus intereses, empujaron a la MUD a hacer esa convocatoria, pero obviamente la MUD no se planteó los mismos objetivos que una buena cantidad de quienes acudieron a las calles el 1 de septiembre, ya sea en Caracas o en otras ciudades del país. Esto evidencia que la sociedad puede sobrepasar a quienes pretenden ejercer liderazgos si no se colocan a la altura de los intereses de las mayorías.
¿Por qué hay sectores insatisfechos con el desenlace de la Toma de Caracas?
Las indicaciones finales de retirarnos y cerolear a las 8 pm” generaron desconcierto y frustración en muchas de las personas asistentes, que en su mayoría esperaban mayor contundencia en el cierre de la protesta, o por lo menos un discurso más combativo, que denunciara las actuaciones del régimen en sus 17 años, que son la razón del revocatorio y denunciar las actuaciones represivas y los obstáculos puestos antes y durante la Toma de Caracas. Ha podido la MUD, por ejemplo, convocar a un plantón en todo el país por más horas en rechazo a las detenciones realizadas contra dirigentes políticos días antes de la gran manifestación y exigiendo su libertad inmediata. Un plantón pacífico pero irreverente. Ha podido la MUD plantear que se hace necesario una serie de medidas de emergencia que atiendan la crisis que vive el país y exigir, por ejemplo, aumento general de sueldos y salarios, presupuesto para la salud y la educación. Un discurso que expresara que queremos el revocatorio en el 2016 para salir del Gobierno de Maduro en su totalidad y por qué no aceptaremos que se corra de fecha. Ha debido la MUD decir cómo haremos valer nuestra mayoría inocultable para salir del régimen, democrática y electoralmente, lo antes posible mediante el revocatorio en el año 2016 .
La manifestación del 1 de septiembre no solo fue una clara expresión de la voluntad mayoritaria de salir del Presidente, sino del régimen. Cuidado si este deseo, este interés de las mayorías de superar al régimen, también sobrepasa a muchos sectores dentro de la MUD. Ante ello, percibimos que esta coalición buscó ahogar ese deseo y doblegarlo, al ejercer un liderazgo directivo que colocara limites que no permitan exceder esa línea. Por ello, el horario a una de las más grandes manifestaciones populares de los últimos tiempos. Por eso, se dijo que quien osara rebelarse a esa imposición anti democrática sería catalogado de infiltrado. Eso generó mucha molestia, en especial en LA JUVENTUD, que decidió tomar la autopista del Francisco Fajardo en una clara demostración (al régimen y a las 4 siglas) que están en disposición de luchar en las calles contra este régimen oprobioso y por el cambio político. ¿Será que la población está más clara en sus objetivos que quienes pretenden dirigirla?. Expresiones como “que somos mayoría ya lo sabe el mundo, pero cómo vamos a utilizar esa mayoría es lo que debimos demostrar”, fueron una constante. La gente esperaba un Plan de Luchas y apertura a la participación de otros sectores políticos y sociales. Esperaba una línea política como el impulso de las asambleas ciudadanas (no foros donde hablan los dirigentes nacionales, sino las asambleas donde la gente de base y sus liderazgos hable y debata sobre la situación nacional y planifique acciones), por ejemplo, que canalice y organice esa aspiración de cambio. En fin un plan de acciones contundentes y sostenidas.
De allí la decepción de tanta gente y el malestar con la dirigencia de la MUD. Eso no significa su negación, pero si es un llamado a que ésta reconozca que la oposición venezolana es mucho más que ella misma y por tanto a que se abra a trabajar desde una NUEVA UNIDAD NACIONAL
¿Cuál es la agenda ahora?
Evidentemente que hay que construir YA una NUEVA UNIDAD, eso es una necesidad que quedó demostrada esta 1S. Unidad desde la base, construida participativa y democráticamente mediante Asambleas Ciudadanas por todo el país. También se evidenció la necesidad de una Dirección Política que tenga una estrategia y una táctica multipropósito, que combine la lucha social y reivindicativa con la lucha por el cambio político. Es clara también la necesidad de construir un Nuevo Poder más democrático y popular desde el mismo proceso de lucha por el cambio, que entre en contradicción con esa manera de ejercer el poder donde quienes son elect@s se toman el poder como suyo y deciden por las demás  personas de manera arbitraria, e incluso se autoeligen como representantes sin serlo.
O abrimos las compuertas para conformar una oposición amplia, diversa, basada en el debate real para la toma de decisiones, que se articula en UNIDAD para conducir al país hacia mejores derroteros o podemos explotar anárquicamente. Y esto beneficiaría a quienes están hoy en el poder y a quienes quieren conservarlo tal como está, pero en otras manos.
O demostramos la capacidad de ejercer el poder de otra manera y el compromiso con una democracia más profunda y verdadera o nadie creerá que los sectores opositores pujan por el cambio verdadero y profundo. Hay que ofrecer un Proyecto de Reconstrucción Nacional que permita y oferte cambios de profundidad en lo  económico, lo político y lo social que superen la debacle sin castigar a las mayorías, para que haya de nuevo una esperanza por la cual luchar con certeza, sin dudas y en confianza.
René Cedillo, dirigente de Bandera Roja @ReneCedilloR
Hisvet Fernández, Profesora universitaria y Psicóloga Social @HisvetF
4/09/16

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