Los trabajadores organizados en diversos sindicatos, gremios y asociaciones, en representación de los millones de obreros, profesionales, empleados públicos, desempleados, jubilados y pensionados, quienes reconocemos en usted —en tanto presidente de la Asamblea Nacional, única institución legítima del Estado venezolano y sustentada en el respaldo popular— la determinación indubitable de encauzar la esperanza que hoy se levanta en los corazones de los venezolanos de buena voluntad y de todos los que habitamos esta tierra de gracia, hacia la conquista de la libertad, la democracia y el progreso social.

Ratificamos sin ninguna duda que estamos comprometidos en la lucha para lograr restituir en toda su extensión la vigencia de la Constitución Nacional, lo cual necesariamente comienza por hacer que cese la usurpación por parte de Nicolás Maduro, pero que no culmina allí, puesto que la restitución de los derechos civiles y políticos y la apertura de un régimen democrático —en contraposición a la dictadura despótica que hoy nos domina— deben ir emparejadas con plasmar en la realidad los derechos económicos, sociales y culturales del pueblo venezolano, hoy letra muerta en medio de las más terribles penurias, hambruna, desasistencia y desolación, que hayamos vivido en los últimos cien años o más.

Creemos que la asunción de la Presidencia interina por parte de Usted, el 23 de enero de este año, asumiendo el mandato constitucional, ha recibido el apoyo multitudinario —tanto por las decisiones de muchas naciones en el mundo como por la indeclinable determinación de las mayorías nacionales de no seguir soportando estas condiciones inhumanas de vida— y requiere del concurso de la fuerza organizada de la población venezolana para lograr el desplazamiento del usurpador de Miraflores y para que el cese de la usurpación se produzca en el tiempo más corto.

Ratificamos y celebramos la importancia del apoyo de los pueblos y naciones del mundo por nuestra causa democrática y libertaria, y los instamos a continuar con esa solidaridad que ha ayudado a desenmascarar los verdaderos fines despóticos, delincuenciales y mafiosos del actual régimen.

Llegó la hora

Los trabajadores podemos y debemos jugar un papel fundamental tanto para dar la estocada final a este régimen moribundo como para imprimirle un sello de verdadera justicia social, de sentido popular y de hondo carácter nacionalista al cambio que se producirá. La confianza en que este cambio atenderá las razones de fondo de la crisis —no sólo las referidas a las políticas propiamente sino también las causas económicas, sociales y culturales, tanto internas como del entorno internacional— solo podrá lograrse si la unidad alrededor del cambio tiene un aliento histórico que, al impulsar un programa de salvación o reconstrucción nacional, o Plan País, busque beneficiar a todos los sectores sociales y no haga descansar las mayores cargas en los hombros del pueblo trabajador, ya exangüe de tanta agresión continuada por parte de estos mal llamados gobernantes.

Todos los trabajadores en una sola lucha

Este protagonismo social también es imprescindible en la reinstitucionalización del país y en la reconstrucción de su economía, del trabajo productivo, de la seguridad social y personal, de su educación, de su salud, de los servicios públicos, en fin, en la materialización de esta nueva esperanza en un rumbo de progreso, desarrollo y bienestar. Y aquí los trabajadores jugamos un papel importantísimo en el logro de la confianza, la cual no solo es requerida por los inversionistas, sino que la fuerza laboral exige y requiere mejores condiciones de trabajo para desplegar su sabiduría, sus destrezas y sus conocimientos.

Reconstruiremos juntos el país, esta es la esperanza

La recuperación del país pasa por la restitución de todos los derechos humanos que han sido violentados. Se trata de que asumamos no solo la defensa de estos derechos sino su concreción para garantizar una vida digna a la familia trabajadora y al pueblo en general. Ello permitirá el fortalecimiento de una nueva democracia en la que no seamos simplemente fuerza de trabajo sino ciudadanos dignos en una nueva Venezuela.

Quienes hoy asumimos la conducción de las organizaciones sindicales y gremiales sabremos conjugar nuestra sempiterna lucha por trabajo decente, salarios dignos, seguridad social, libertad sindical y contratación colectiva, con nuestro mejor aporte en la pronta elevación de todas nuestras capacidades productivas tanto en el campo como en la industria, en la reconstrucción de la infraestructura escolar y hospitalaria, en el mejoramiento sustancial de la vialidad y del transporte, en la revivificación del deseo de estudiar, investigar y aplicar los conocimientos, en fin, en la creación de un espíritu de renovación general de nuestro gentilicio libertario y edificador de sociedad.

Un proyecto país con la participación de todos, con los trabajadores al frente

En el marco de la democratización del país, hacemos una propuesta muy preciada por los trabajadores y paso importante de avance en la ruta del desarrollo nacional: el diálogo social. Se trata de construir espacios permanentes para que las fuerzas y sectores sociales que intervienen en la creación de la riqueza en el país puedan no solo intercambiar opiniones o consultas, sino también acordarse —guiados por los preceptos constitucionales y legales, y respetando los convenios internacionales que la República ha ratificado con la OIT— sobre las políticas salariales, sobre los planes de inversión productiva, sobre la relación entre costos, precios y ganancias, sobre la sustitución del producto importado por un bien nacional de calidad y competitivo, sobre los planes de formación educativa e instruccional, sobre el mejoramiento de las condiciones de salud y de vivienda, entre otros. El tan ansiado desarrollo nacional no será posible sin el concurso de de los trabajadores y el desarrollo de las fuerzas productivas.

En el año 2016 los trabajadores presentamos ante la Asamblea Nacional una propuesta de Ley Orgánica de Libertad Sindical y Diálogo Social que creemos pudiera ser la base para echar andar este requerimiento que beneficiará no solo a los trabajadores organizados y a la resolución civilizada de los conflictos laborales, sino que también influirá en la reconciliación de la familia venezolana.

La democracia con la participación de todos y sin discriminación política ni sindical

La liberación de todos los presos políticos de las últimas dos décadas debe ser una de las primeras medidas del Gobierno de transición, solicitamos la libertad y el cese de todos los atropellos jurídicos y policiales a los compañeros sindicalistas que hoy permanecen en prisión, exiliados o bajo régimen de presentación, y pedimos una amnistía total para los trabajadores que han sido víctimas de discriminación, despidos, ultrajes, criminalización y chantajes, para que les sean reconocidos y restituidos sus derecho laborales y para que se respeten los fueros sindicales y gremiales que estos últimos gobiernos han pisoteado.

Ratificamos nuestro apoyo a Usted para que juntos derrotemos la tiranía, restituyamos la democracia y construyamos un país para todos los venezolanos

 

Universidad Central de Venezuela

14 de febrero de 2019

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